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En esta PyR se describe la importancia de las inmunizaciones infantiles y se provee una lista de recursos para lectores que desean explorar el tema más a fondo.

¿Por qué debería mi hijo de ser inmunizado?

Los bebés adquirirán anticuerpos a algunas enfermedades del cuerpo de su madre antes del nacimiento y de la leche materna siempre que se les da el pecho. No obstante, siguen siendo vulnerables ante muchas infecciones, y la inmunidad que reciben de su madre desaparece al poco tiempo.

Algunas enfermedades pueden parecer una experiencia normal de la niñez. Los abuelos pueden tener memorias de enfermarse de paperas, sarampión o varicela. La mayoría de nosotros hemos padecido de gripa. No obstante, algunos niños que sufren estas enfermedades mueren o desarrollan complicaciones por el resto de sus vidas, como el tipo de sordera o esterilidad que pueden ser causadas por paperas. Entre cada 1,000 niños que se enferman de sarampión, entre uno y tres morirán a causa de la enfermedad.

Las vacunas previenen muchas de tales enfermedades que anteriormente hacían daño y mataban a niños. Por ejemplo, la infección de Haemophilus influenzae tipo b (Hib) puede causar hinchamiento de la epiglotis en la garganta, por lo que el niño no puede respirar. Después de la introducción de la vacuna Hib a mediados de la década de 1980, la frecuencia de Hib se redujo en un 99%. Además, la investigación sugiere que el riesgo de SIDS (siglas en inglés de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante) se reduce en un 50% en bebés inmunizados.

Aunque hay menos posibilidad de que un niño sea expuesto a muchas enfermedades a causa de las vacunas, los virus y las bacterias siguen en existencia y pueden transportarse rápidamente en nuestra sociedad móvil. Cada año en los Estados Unidos hay brotes de algunas enfermedades; estas pueden propagarse fácilmente entre niños o adultos que no han sido inmunizados.

Además de proteger al niño individual, las tasas altas de vacunación protegen a las comunidades al impedir o reducir el ritmo de la propagación de enfermedades. Impedir la propagación de enfermedades ayuda a proteger a los que no pueden vacunarse porque son muy pequeños o muy mayores o están muy enfermos. Una proporción grande de vacunación en la comunidad también ayuda a prevenir los trastornos congénitos, también conocidos como malformaciones congénitas, que pueden ocasionarse cuando una mujer embarazada se infecta.

¿Cómo las inmunizaciones previenen la enfermedad?

Desde el nacimiento, el sistema inmunológico de un niño sano combate antígenos invasores, que estimulan al sistema inmune a producir anticuerpos. Un sistema inmune sano produce cada día miles de anticuerpos específicos para combatir antígenos específicos. Algunas células anticuerpo se convierten en “células memoria” que desarrollan la inmunidad a bacterias o virus que vuelven al cuerpo. Si el cuerpo no tiene células memoria, algunos virus o bacterias pueden provocar enfermedades graves antes de que el sistema inmunológico pueda producir anticuerpos para combatirlas.

Las vacunas protegen a niños ayudando a que sus cuerpos produzcan anticuerpos contra enfermedades específicas. Se producen las vacunas a partir de antígenos muertos o debilitados que causan una enfermedad, o de partes de ellos. Los antígenos utilizados en vacunas están diseñados para estimular el sistema inmunológico de modo que produzca anticuerpos para esa enfermedad sin provocarla. Las células memoria de anticuerpos permanecen en el cuerpo para reaccionar rápidamente si encuentran la enfermedad en el futuro. La vacunación lleva a la inmunidad sin que el niño tenga que padecer la enfermedad en la realidad. Lea más sobre cómo funcionan las vacunas (en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés).

¿Las vacunas pueden hacerle daño a mi hijo?

Las vacunas son mucho más saludables que las enfermedades que previenen. Se las pone a pruebas amplias. Se monitorea una vacuna para la seguridad siempre que está siendo utilizada. Cada vacuna nueva pasa por varias fases de análisis, inclusive las pruebas clínicas en voluntarios, antes de ser aprobada por Federal Drug Administration (FDA). La tercera fase incluye pruebas en al menos 10,000 personas y esta etapa dura hasta cuatro años. Hay que demostrar que la vacuna es segura y eficaz antes de que pueda ser licenciada para el uso general.

Como cualquier medicina, las inmunizaciones pueden tener efectos secundarios. Un proveedor de atención médica debe de conocer el historial médico de un niño antes de darle una inmunización. En la mayoría de los niños los efectos secundarios pueden incluir una fiebre leve y dolor en el lugar de la vacunación. Entre los millones de niños vacunados, muy pocos tendrán problemas más graves, como convulsiones o  reacciones alérgicas severas.

Los estudios extensos de investigación no han encontrado ninguna relación entre las vacunas y los trastornos del espectro autista (ASD, siglas en inglés). No inmunizar a su hijo lo deja desprotegido de enfermedades que pueden ser peligrosas o letales. También pone en riesgo a otras personas. Mientras tanto, la investigación va mejorando continuamente la seguridad de las inmunizaciones.

¿Mi bebé se lastima al tener tantas vacunas en tan poco tiempo?

Los bebés encuentran muchos gérmenes al respirar, comer y relacionarse con otras personas. El sistema inmunológico de un bebé sano ayuda a mantenerlo en buena salud reaccionando cada día a miles de antígenos. Gracias a los avances científicos, las vacunas actuales pueden proteger a niños de más enfermedades utilizando menos antígenos. De hecho, se usa solamente 305 antígenos para proteger a niños de 14 enfermedades para la edad de 2 años.

Los doctores y los expertos en enfermedades diseñan un programa estándar de inmunización basado en investigación reciente. La Academia Americana de Pediatría, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Academia Americana de Doctores Familiares aprueban el programa. Es importante colaborar con el proveedor de atención médica de su bebé para determinar si el programa estándar de inmunización es apropiado para su hijo.

¿Cuáles inmunizaciones necesitan mis hijos?

CDC recomienda que se inmunice a los niños contra difteria, tos ferina, tétanos, polio, sarampión, paperas, rubeola, gripa, Haemophilus influenzae tipo b (Hib), hepatitis A y B, varicela, enfermedades neumocócicas y rotavirus.

En Illinois, los padres y madres de niños de 2 meses de edad y mayores que entran a un centro de cuidado infantil tienen que presentar evidencia que los niños han sido o están siendo inmunizados según se sugiere en el programa de inmunización del estado, contra difteria, tos ferina, tétanos, polio, sarampión, paperas, rubeola, Haemophilus influenzae tipo b (Hib), hepatitis B y varicela. (Vea los requisitos de inmunización para inscribirse en la escuela del Departamento de Salud Pública de Illinois).

En Illinois, los padres y madres de niños que entran al cuidado de niños o programas de las escuelas públicas (inclusive programas preescolares, programas de la primera infancia, Head Start u otros programas pre-kindergarten) deben de demostrar evidencia que sus hijos han sido inmunizados contra difteria, tos ferina, tétanos, polio, sarampión, paperas, rubeola, Haemophilus influenzae tipo b (Hib), hepatitis B y varicela. Los padres y madres deben de chequear con el proveedor de atención médica y el programa preescolar de su hijo.

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Recursos en Internet

Sobre este recurso

Este recurso va dirigido a:
  • Hogar
  • Hogares-de-cuidado; Cuidado de niños en familia
  • Centro de cuidado infantil
  • Programa preescolar

Tipo de programa al que el artículo va destinado:
  • Padres, madres y familiares
  • Profesores e instructores

Edad de los niños sobre los que trata el artículo:
Revisado: 2022