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Al pensar en la salud de los niños, usualmente se nos ocurre su bienestar físico. “¿Son activos y están en forma? ¿Se enferman a menudo?” La salud mental es igual de importante. La salud mental de un niño pequeño puede afectar toda área del desarrollo.

La salud mental incluye cómo una persona piensa acerca de sí mismo y los demás, cómo aborda los problemas y las dificultades y cómo lidia con la vida. La salud mental está alineada con las maneras de que los niños pequeños manejan el estrés, toman decisiones sabias y se llevan con otros durante la infancia y toda la vida adulta. Tanto los cuidadores y maestros como los familiares toman papeles en fomentar la salud mental de los niños pequeños. En esta entrada de P y R (preguntas y respuestas) tratamos preguntas sobre la salud mental de los niños pequeños.

¿Cuáles factores impactan en la salud mental de los niños?

La genética de una persona puede influir en su estado de salud mental. Algunas condiciones de salud mental son hereditarias, pero tener un familiar con cierta condición no garantiza que un niño tenga la misma condición. Los factores ambientales también toman un papel clave en la salud mental. Por ejemplo, la exposición al plomo, el mercurio u otras toxinas pueden cambiar los cerebros de niños de maneras que les afectan la salud mental.

El estrés también puede tener un impacto en la salud mental. El estrés incluye experiencias que interrumpen el sentimiento de confort o bienestar de una persona y causan cambios físicos como un ritmo cardiaco acelerado además de cambios emocionales, como sentimientos de agitación o angustia.

Los científicos han identificado varios tipos de estrés. Cada niño es individual y su manera de reaccionar ante un factor de estrés puede ser afectada por muchos factores, por lo que los adultos deben de darle apoyo a un niño de acuerdo con la reacción del pequeño ante cierto evento y no con el evento mismo. Los eventos estresantes podrían incluir eventos “normales” de la vida, como ir al doctor, tener un nuevo maestro o tener un conflicto por un juguete. Los eventos estresantes también pueden incluir eventos grandes en la vida como perder a un ser querido (inclusive una mascota) o la separación o el divorcio de los padres. A continuación se describen algunos tipos de estrés.

  • Estrés positivo: la mayoría de los niños pueden adaptarse al estrés positivo si los adultos les dan apoyo y expresan confianza en que el niño sí puede con la experiencia y hasta puede aprender de tales cosas. Poder manejar el estrés puede mejorar la salud mental general de un niño.
  • Estrés tolerable: este tipo de estrés puede ser dificultoso para un niño, y puede ser que le lleva mucho tiempo en recuperarse plenamente. Por medio de las relaciones de apoyo con adultos cariñosos, los niños pueden aprender a manejar el estrés y mejorar la confianza para manejar otras situaciones desafiantes.
  • Estrés tóxico: las experiencias negativas que persisten o se empeoran con el tiempo pueden ser factores de estrés tóxico que les abruman a los niños y los hacen especialmente vulnerables a los problemas de salud mental. Por ejemplo, se considera que los niños están expuestos al riesgo de estrés tóxico si les hacen frente abusos repetidos, el descuido o la violencia domestica o si se sienten inseguros la mayoría del tiempo. La violencia en la comunidad, inseguridad en cuanto a la vivienda o el alimento, y el abuso de alcohol o drogas de los padres o madres también contribuyen al estrés tóxico.

Las preocupaciones por la salud mental no resultan de un solo evento. Si hay algún motivo de preocupación por la salud mental de un niño, esto no significa que un cuidador haya hecho algo malo. Nadie es culpable de una enfermedad mental. Hay apoyos disponibles para niños con preocupaciones de la enfermedad mental para ayudarlos a llevar una vida positiva y significante.

¿Qué son algunas señales de que un niño puede necesitar la ayuda de un profesional?

Si un niño experimenta factores de preocupación por la salud mental, puede ser buena idea que se le haga una evaluación y que reciba algún tipo de ayuda profesional, como la consejería familiar, la terapia de juego u otra terapia individual. A continuación se presenta una lista de varios indicadores identificados por profesionales de salud mental a los que un adulto puede estar atento en un niño.

  • Estar retirado de otros niños y de adultos
  • Casi siempre parecer sentirse triste y sin esperanza; puede llorar mucho sin ningún motivo aparente
  • Parecer estar muy enojado a menudo o estar constantemente irritable o tenso; alterarse mucho con cosas que a otros les parecen poco importantes
  • Usar la agresión a menudo con otros niños, adultos o mascotas, quizá cuando piensa que nadie lo está observando; darles miedo a otros niños
  • Es difícil reconfortarlo o tranquilizarlo cuando está enojado, frustrado, asustado o de otro modo alterado; con frecuencia “se pierde” en los sentimientos negativos
  • Revertir o retroceder en el uso del inodoro u otros hitos en el desarrollo
  • Expresar a menudo sentimientos de no valer nada; parecer sentirse excesivamente culpable, ansioso o preocupado
  • Parecer muy asustado en situaciones que no le dan miedo a otros niños
  • Tener problemas frecuentes del sueño, como pesadillas aterradores, o mucha dificultad para dormirse o despertarse
  • Evitar actividades que antes le gustaban, como jugar con amigos
  • Parecer incapaz de relajarse o estar moviéndose constantemente, mucho más que los compañeros
  • Tratar de lastimarse, se lesiona a propósito o expresa el deseo de hacerse daño
  •  “Oponer resistencia” o desafiar a los adultos cuando le piden portarse positivamente
  • No defenderse muy a menudo si otros son mandones con él o ella o le intimidan
  • Se altera mucho si la rutina usual cambia

Explore los siguientes enlaces para aprender más sobre la salud mental de la primera infancia (esta entidad también ofrece información en español) y la terapia para mejorar la salud mental de los niños.

¿Qué puedo hacer si estoy preocupado sobre la salud mental de un niño que cuido?

Los cuidadores y maestros pueden ser las primeras personas en notar que un niño pequeño experimenta factores preocupantes en cuanto a la salud mental. El apoyo de adultos cariñosos puede darles a los niños la mayor ayuda para recuperarse aun cuando pasan cosas muy malas en sus vidas. A continuación se describen algunos pasos importantes que los maestros y cuidadores pueden dar cuando el comportamiento de un niño les da motivo de preocupación.

  • Observar y hacer apuntes acerca del niño en varias horas del día y durante varios días o semanas para notar patrones en el comportamiento. ¿La conducta preocupante ocurre en ciertos momentos del día o en ciertos lugares? Note los talentos del niño además de las áreas de preocupación.
  • Expresar sus preocupaciones al director del programa o de la escuela o al trabajador social. Explicarle lo que le preocupa lo más específicamente que puede. Dar detalles: “Emily arrancó los brazos de todas las muñecas dos veces esta semana. Cada día después de la hora del almuerzo chocó el cuerpo contra varios niños que jugaban solos y se fue corriendo y riéndose. Parecía enfocarse en niños que son más pequeños que ella”.
  • Aprender y seguir los procedimientos de su programa para trabajar con niños que tienen comportamientos difíciles. ¿Quién tiene la responsabilidad de hablar con la familia? Si las acciones de un niño son peligrosas, ¿puede un adulto adicional quedarse en el aula para ayudar? ¿Tiene la escuela un proceso de remisiones ya establecido?
  • Estar preparado para hablar con la familia del niño sobre sus preocupaciones.

¿Cómo puedo darle apoyo a un niño sobre el que tengo preocupaciones de la salud mental?

Cuando un niño que usted conoce parece tener dificultades con la salud mental, usted puede tomar acción para ayudar al niño. Es importante tener sensibilidad hacia las necesidades individuales de un niño. Por ejemplo, un niño que es excesivamente vigilante como resultado del trauma tal vez no quiera participar en ninguna actividad en que tenga que cerrar los ojos. Un niño que siente pena por la pérdida de un ser querido puede necesitar tiempo para llorar, a solas o sentado sobre el regazo de una maestra. A un niño le pueden ayudar mucho las relaciones con adultos que son cariñosos, lo cuidan bien y lo respetan.

Valide los sentimientos del niño pero fije algunos límites. Por ejemplo, comuníquele al niño que usted puede aceptar que se siente enojado pero que no se le permite lastimar a personas ni mascotas. Puede ser necesario que otro adulto esté presente en el salón de clases para ayudar si el comportamiento de un niño amenaza su propia seguridad o la de otros.

Mantenga una rutina estable que ayudará al niño a sentirse seguro. Si va a haber un cambio en la rutina, trate de comunicarse antes con los niños sobre lo que deben de esperar.

Tenga en mente que un niño que cree que es malo y que nadie puede quererlo, puede portarse de maneras que impiden que otros lo quieran. Esto a veces se llama un ciclo recursivo. Puede ser que el niño cree que el maestro lo quiere menos que a los demás niños. Puede ser muy difícil reasegurarle al niño, especialmente si parece rechazar lo que el maestro dice. Puede llevar tiempo que un niño pueda distinguir entre sí mismo y las cosas que hace. Puede ser útil señalar específicamente al niño la diferencia entre el comportamiento que demuestra y él o ella misma. Por ejemplo, un maestro podría decir, “No me gusta para nada que les pegues a otros, pero todavía te quiero a ti”.

Algunos niños responden positivamente ante las sugerencias sobre maneras de expresar los sentimientos eficazmente o maneras de defenderse apropiadamente. Se pueden decir cosas como las siguientes: “Cuando te sientes tan enojado que quieres pegar, podrías pegar esta almohada o pisotear el suelo con los pies”. “Cuando te sientes solo o triste, ¿quieres pedirle un abrazo a un amigo o una maestra?” “Si no te gusta lo que Jake dice, puedes decirle que ya no te diga eso”.

Un niño puede necesitar la oportunidad de dibujar lo que ha pasado o representarlo en el juego de fantasía. Provea juguetes y materiales que los niños pueden utilizar para ayudar a expresar los sentimientos o aliviar el estrés. Un niño puede empezar a lidiar con el temor, la ansiedad, el enojo o la pena jugando con pasta para moldear, arcilla, agua, títeres, casas de muñecas, materiales de artes y otras cosas con las que se puede jugar en forma abierta. Si un niño participa en tales formas de juego terapéutico, puede ser que necesita estar solo para jugar. Es posible que no le resulte útil pedir que comparta juguetes o se turne en un juego. Tenga otros materiales cerca para evitar el conflicto.

Esté atento sobre lo que los demás niños de la clase pueden sentir hacia el niño que tiene dificultades. ¿Le tienen miedo, se sienten ansiosos o enojados con él o ella, lo rechazan? La reacción del maestro en el aula ante el niño que experimenta dificultades les da un modelo a los demás adultos y a los niños. Los maestros pueden dar un modelo de aceptación de las necesidades del niño a la vez que reaseguran a la clase que cada uno de ellos se merece la estima y la atención de todos en el grupo. Los maestros pueden ayudarles a los niños a hallar maneras de expresar que les importa un niño que se está recuperando de una experiencia difícil y que lo apoyan, y enseñarles a defenderse ante alguien que les trata sin bondad.

¿Cómo debo de plantear el tema con la familia cuando me preocupa la salud mental de su hijo?

Cuando un maestro o cuidador tiene preocupaciones sobre la salud mental de un niño, es importante hablar con la familia. Tales conversaciones requieren el tacto y la preparación bien pensada. Si hay trabajadores sociales, enfermeros o consejeros en un programa, los maestros les pueden pedir sugerencias sobre las mejores maneras de abordar el tema con la familia.

Antes de hablar con la familia, los maestros deben de informarse sobre los servicios de apoyo disponibles. Los padres y madres pueden apreciar enlaces a sitios relevantes de Internet o información en forma impresa sobre el bienestar social y emocional de los niños o servicios de salud mental como clínicas de salud mental o terapeutas de juego que han sido recomendados por otros padres.

Los maestros pueden colaborar con los demás miembros del personal en su programa para determinar cómo varios empleados pueden ayudar al niño. Por ejemplo, ¿qué haría el maestro si el niño se expone al peligro? ¿Se puede asignar a un adulto adicional en el salón de clases para dar más apoyo? Los maestros pueden presentar estas opciones a la familia.

No hay ningún padre o madre que quiera escuchar malas noticias acerca de su hijo, y algunos padres y madres pueden tener una postura defensiva. Pueden acusar a otros, y hasta al personal del programa, de causar las dificultades del niño o exagerar los problemas. Algunos padres tal vez no estén preparados para aceptar que un problema exista, mientras que otros pueden sentirse aliviados ya que otra persona siente las mismas preocupaciones que ellos. Sea como sea el caso, es importante usar el tacto pero hablar francamente al expresar las preocupaciones. A continuación se presentan algunas cosas para tener presentes.

  • Escoger con cuidado las palabras que usa para que no les parezca a los padres que usted les eche la culpa. Hablar de los talentos del niño además de sus dificultades.
  • Buscar la perspectiva de la familia y sus sugerencias. Por ejemplo, “Hemos notado un cambio en Olivia. Llora mucho durante más de una hora cada día. ¿Usted quiere reunirse con nosotros para hablar sobre maneras de ayudarla a sentirse mejor en la escuela?”
  • Evitar etiquetarle al niño. Por ejemplo, “Olivia parece estar deprimida” no arroja luz sobre lo que va pasando. Más bien, describa claramente lo que hace el niño. Por ejemplo, “Olivia se esconde debajo del abrigo y llora hasta dormirse. No la podemos consolar con abrazos, ni diciéndole palabras bondadosas ni contándole cuentos”.
  • No utilizar términos diagnósticos. Un especialista en salud mental debe de diagnosticar y explicar las condiciones como la depresión y la ansiedad.
  • Preguntar a los padres si ven comportamientos similares en casa y cómo han ayudado a su hijo a sentirse mejor.
  • Invitar a los padres para que observen al niño en el aula a ver lo que usted ha descrito.
  • Explicar cómo la conducta del niño impide en la formación de amistades y las actividades de aprender. Describir el comportamiento con detalles. Por ejemplo, en vez de decir, “Ya no le caen bien sus amigas”, decir, “Hace como dos semanas que dejó de jugar con sus amigas. Cuando alguien la invita a jugar, se vuelve para apartarse de él o ella”.

Juntos, los maestros y las familias pueden planear maneras de ayudar al niño. Considere estos ejemplos. Los padres podrían llevar a su hijo a un pediatra y llevar una carta del maestro que describe el comportamiento del niño en el aula. Los padres podrían encontrar la consejería para su hijo a la vez que el programa de la primera infancia provee el apoyo de un adulto adicional en el salón de clases del niño. Los padres y los maestros deben de comunicarse en forma regular para conversar sobre el progreso y las preocupaciones continuadas.

¿Hay servicios disponibles para ayudarme a trabajar con un niño y su familia con motivo de una preocupación sobre la salud mental?

Caregiver Connections es un programa gratuito en todo el estado para ayudar a los proveedores de cuidado en Illinois a reconocer y tratar las necesidades sociales y emocionales de los bebés, niños de 1 y 2 años y niños preescolares a quienes cuidan. Los consultores profesionales de Caregiver Connections pueden trabajar con los proveedores en centros o en hogares de cuidado cuando hay alguna preocupación sobre el comportamiento de los niños o su bienestar social-emocional. Los consultores también pueden hablar con los padres y madres y referirles a servicios de evaluación o a terapeutas, pero ellos mismos no hacen las evaluaciones ni dan terapia.

Los proveedores de cuidado infantil también pueden pedir entrenamiento dentro de sus programas sobre una amplia gama de temas relacionados a la salud mental de los niños pequeños. Head Start también les provee algunos servicios de consultas sobre la salud mental y recursos a sus programas y su personal en todo Estados Unidos. La información y los recursos se encuentran disponibles en línea para administradores y directores y para empleados.

Muchos programas de Preescolar para Todos de Illinois pueden proveerles a las familias consultas sobre la salud mental de los niños y servicios de apoyo para el manejo del comportamiento.

Recursos de IEL

Recursos en Internet

Sobre este recurso

Este recurso va dirigido a:
  • Hogares-de-cuidado; Cuidado de niños en familia
  • Centro de cuidado infantil
  • Programa preescolar

Tipo de programa al que el artículo va destinado:
  • Profesores e instructores

Edad de los niños sobre los que trata el artículo:
Revisado: 2022