Erin Hamel, Mollie von Kampen, Sara Dolezal, Brianna Kennedy, Ashley McConnell y Jordyn Nikkila
Laboratorio de Desarrollo Infantil Ruth Staples
Lincoln (Nebraska)
2016
El Proyecto de Tractores se realizó en el aula de niños menores del Laboratorio de Desarrollo Infantil Ruth Staples, ubicado en la Universidad de Nebraska en Lincoln. El laboratorio sirve a niños de 18 meses a 5 años de edad. Dicha aula sirve a niños de 18 meses a 3 años. El centro tiene una misión con tres componentes: la provisión de un cuidado infantil excelente, la preparación docente de alta calidad y la investigación innovadora. Los niños y sus maestros aprenden juntos por medio de un currículo emergente que se desarrolla a partir de los intereses de los niños.
Fase 1. El comienzo del proyecto
El Laboratorio de Desarrollo Infantil Ruth Staples se halla en el Campus Oriental de la universidad. Justo al norte del gran patio de recreo, se halla el laboratorio de pruebas de tractores. A principios del año escolar, los niños notaban los tractores que se manejaban en el área de pruebas. Cada vez que los niños salían afuera, corrían a la cerca a ver las grandes máquinas y oír los sonidos fuertes.
Sara, Brianna, Ashley y Jordyn, estudiantes de pedagogía, decidieron focalizar un proyecto en el tema de los tractores. Las maestras notaban que los niños con frecuencia les señalaban a sus maestras que los tractores estaban afuera e indicaban que oían el ruido de los mismos.
Las maestras preveían que los niños aprenderían de los componentes de un tractor y de los equipos que puede empujar o jalar. También pensaban que los niños tendrían la oportunidad de estar a la escucha de los varios sonidos de un tractor. Al final del proyecto, les parecía que los niños podrían tener la oportunidad de demostrar una comprensión de los muchos usos de un tractor.
Se presentaron diversos tractores de juego en el aula. Se exhibieron varios tamaños y tipos de tractor y de equipo de granja en el área de bloques para permitir que los niños tuvieran el tiempo suficiente para explorarlos juntos mediante experiencias en común. Las maestras utilizaron sus observaciones del juego y las conversaciones de los niños para determinar su comprensión de los tractores.
Los niños empezaban a hacer preguntas sobre lo que veían en el laboratorio de pruebas de tractores y sobre los tractores nuevos que se presentaban en el área de bloques. Preguntaban adónde iban los tractores, qué hacían los conductores, por qué las llantas eran tan grandes y para qué servían varios componentes.
Fase 2. El desarrollo del proyecto
Para dar comienzo al proyecto, los niños hicieron una visita de investigación al Museo Larson de Tractores, que se encuentra al lado de la escuela laboratorio. El museo exhibe muchos tractores de diversas épocas históricas. Los niños podían ver el tipo de tractores que se utilizaba hace varias décadas al lado de tractores más modernos.
El área del museo que los niños más preferían explorar era una cabina de tractor al que podían subirse y turnarse para mover el volante de un lado a otro y hacer de cuenta que estaban manejando. Los pequeños notaban los muchos botones y perillas dentro de la cabina y gozaban de tocar cada uno. Se sentían desilusionados cuando llegó el fin de la visita y tuvieron que irse.
Posteriormente, durante una sesión de planeamiento, las estudiantes de docencia decidieron contactar el laboratorio de pruebas de tractores para preguntar si pudieran dar prestados a la clase algunas partes de repuesto para la exploración de los niños. Las maestras y los niños se entusiasmaron ¡cuando el director del laboratorio de pruebas se ofreció para manejar al centro un tractor cortacésped, fijarlo seguramente y permitir que los niños lo exploraran en el patio de recreo durante varias semanas!
El tractor permaneció en el patio de recreo hasta que se requería para quitar nieve a causa de un cambio en el tiempo. Mientras estaba presente, los niños tenían la oportunidad de explorar, lavar y cuidar el tractor sin peligro.
Los niños expresaban sus comprensiones sobre los componentes de un tractor durante sus juegos y conversaciones en el aula al aire libre. Para dar oportunidades adicionales de conversación, las maestras agregaron piezas de fieltro que los niños podían explorar. En la tabla de franela, los niños podían examinar de cerca las piezas, separarlas y volver a ensamblarlas.
Las maestras apuntaban las palabras de las conversaciones de los niños. También hicieron arreglos para que los niños vieran un video de un tractor con diversos accesorios acoplables, utilizando un iPad del aula. Owen, Jasper y Remy señalaron algunos accesorios que veían en el video. Se emocionaron al demostrarlo a sus padres cuando estos llegaron para recogerlos.
He aquí algunos comentarios que hacían los niños al conversar:
- El cambio de marchas puede cambiar la velocidad – Khloe
- Los palos que están fijados delante son para estar seguro – Jasper
- El tanque de gasolina tiene una tapa – Ekam
- La mayoría de los tractores tienen luces en la parte trasera – Polly
- Algunos tractores tienen palabras de peligro – Owen
- Los tractores pueden tener un claxon como un carro – Emma
- Solo una persona debe sentarse en el asiento – Khloe
También se enseñó a los niños a hacer dibujos de observación. Mientras contemplaban el tractor, los niños usaban tablas con sujetapapeles, un bosquejo del perfil de un tractor y crayones de los colores indicados para representar el tractor como lo veían. Los pequeños usaban distintos colores para pintar los distintos componentes del tractor. Practicaban la destreza de mirar el tractor y luego hacer marcas en el papel.
Los niños hicieron una segunda visita al Museo Larson de Tractores para comparar los vehículos del museo con el tractor cortacésped que habían explorado en el parque de recreo. Mientras los niños investigaban más a fondo los tractores, empezaban a hacer preguntas que las maestras no sabían contestar.
Para ayudar a los estudiantes a hallar respuestas, las estudiantes de pedagogía hicieron arreglos para que un estudiante universitario que trabajaba en el laboratorio de pruebas visitara la clase y conversara con los niños. Estos le hicieron muchas preguntas y les interesaba mucho hablar sobre los componentes del tractor. Las conversaciones arrojaban luz sobre la comprensión creciente de los niños sobre el tema ya que podían hacer preguntas relevantes y conectar sus observaciones con otras experiencias suyas.
Por ejemplo, Jasper preguntó: “¿Qué hacen los pedales?” El visitante le explicó que hacen moverse al tractor. Khloe hizo una conexión con la vida familiar al comentar: “Mi mami tiene un carro y empuja a uno de esos para ir rápido. Si vamos demasiado rápido, vamos a chocar con la gente”.
La barredora de nieve que se fijaba a la parte delantera del tractor cortacésped les interesaba a los niños, y empezaban a investigar otros equipos que se podían acoplar a los tractores. Las maestras focalizaban en encontrar oportunidades para los niños de ver tractores que empujaban y jalaban otros equipos.
Las estudiantes de docencia hicieron arreglos para que los niños se subieran a una carreta jalada por un tractor y cubierta de pacas de heno para pasear por el Campus Oriental. Por medio de esa experiencia, los niños aprendieron que los tractores podían jalar varias cosas. Se valieron de fotografías del tractor en el aula al aire libre como una referencia mientras el tractor los llevaba por el campus. Los niños notaban los sonidos, vistas y olores. Mientras iban en la carreta, Polly dijo: “¡Huelo gasolina! La gasolina hace andar al tractor. La gasolina se mete por la cosa esa de tubo negro”.
Los niños empezaban a reconocer la magnitud del poder de los tractores y sentían curiosidad sobre el tamaño enorme de los mismos. Mientras entregaban una carta de agradecimiento al perito visitante, los niños tuvieron la oportunidad de explorar unas llantas enormes. Remy le dijo a Emma: “¡Mira dentro del hueco! Me pregunto qué se mete por ahí”. Emma miró con curiosidad al interior del hueco y contestó: “¡Mira, la llanta es más grande que yo!”
Para explorar el tamaño de los tractores, las estudiantes de pedagogía hicieron arreglos para una visita de los niños al laboratorio de pruebas de tractores. Allí los pequeños tuvieron la oportunidad de ver piezas grandes que se almacenaban en cubos. Un empleado les explicó que aquellas piezas eran las que les dan peso a los tractores para que no se vuelquen. También les interesaban a los niños las bandas de rodadura y una cargadora acoplable.
Durante el transcurso del otoño, el tiempo cambiaba y se pronosticaba nieve. El tractor de nuestro patio de recreo ya se necesitaba en el laboratorio de pruebas de tractores para quitar nieve. Todos los niños se formaron para ver el regreso del tractor al laboratorio de pruebas. Gritaban “Adiós, tractor” y agitaban las manos mientras un trabajador se lo llevó manejando.
Fase 3. La conclusión del proyecto
Como el tractor ya estaba ausente, los niños decidieron construir su propio tractor de materiales desechables y reciclables que sus familias traían al centro. Los pequeños participaban según su propio nivel de comodidad en las varias tareas de escoger materiales, diseñar el tractor, fijar cosas con pegamento y cinta, y pintar.
Las maestras presentamos el proyecto a las familias durante un programa nocturno al que se invitaba a los familiares. Las estudiantes de pedagogía crearon un juego de corresponder componentes del tractor que los niños podían jugar con sus familias. También presentaron la documentación acabada sobre el proyecto en la forma de una exhibición en un tablero de noticias, una presentación de fotos y un libro infantil.
Reflexiones de las maestras
El presente proyecto fue llevado a cabo por las estudiantes de docencia, con orientación de las maestras principales en el aula mientras el proyecto iba progresando. El proyecto duró 14 semanas, con una marcada reducción de interés a finales de octubre.
El apoyo a las estudiantes de docencia
Nuestras estudiantes de docencia pensaban que el proyecto podría estar a punto de terminarse. No obstante, tras una visita al laboratorio de pruebas de tractores, los niños ya sintieron un interés renovado en el tema e hicieron nuevas preguntas para adelantar el proyecto. Las estudiantes también reflexionaban que, si pudieran volver a hacer el proyecto, tratarían de encontrar a más discursantes invitados que podrían visitar el aula y compartir sus conocimientos con los niños. Los niños gozaban de escuchar la información sobre los varios componentes de tractores y de poder hacer preguntas específicas sobre las cosas que les importaban.
Las estudiantes de docencia podían valerse del proyecto para evaluar el aprendizaje de los niños en diversas áreas. En el área del arte y la representación, las estudiantes reflexionaban que debían de haber tratado de hallar maneras adicionales para los niños de representar sus comprensiones. También les habría gustado hacer arreglos para que los niños observaran un tractor trabajando en un campo, pero se hallaban limitadas a los lugares que podían alcanzar en los autobuses de la ciudad.
Cuando las estudiantes de docencia reflexionaban sobre el proyecto junto con nosotras, se acordaban de terminar su red de ideas anticipatoria sin saber por qué rumbo los niños llevarían el proyecto. Les recordamos toda la investigación que habían realizado con los niños para aprender de los componentes de tractores, y juntos nos dimos cuenta del gran trabajo que los niños y las maestras habíamos efectuado juntos como co-investigadores.
El trabajo en proyectos con niños menores de 3 años
Hay algunos desafíos específicos en el trabajo en proyectos con niños de 1 y 2 años. Los niños muy pequeños todavía van desarrollando la capacidad de enfocarse y prestar atención. Los niños de esta edad también experimentan cambios de interés muy rápidos.
Como puede parecer que por un momento algún tema ya no les interesa a los niños, es importante que no se ponga fin prematuramente al proyecto cuando se observa una falta de interés en alguna porción del proyecto. A veces no más significa que les interesa otro tema al momento pero que volverán al tema. Hallamos que era útil volver a visitar las provocaciones que habían inspirado el proyecto y pensar en presentarlas nuevamente a los niños, a ver si los motivaban a reanudar su interés en el tema.
Es importante considerar las habilidades de comunicación al trabajar en un proyecto con niños menores de 3 años. Estos niños comunicarán lo que les importa, aunque no siempre lo digan con palabras. El maestro puede discernir sus intereses y preguntas a través de la observación detallada de los niños y al hacer un esfuerzo por estar presente cuando los niños están explorando.
Durante la implementación de un proyecto con niños de 18 meses a 3 años, hemos encontrado muy provechosa la ayuda que recibimos de colegas y co-maestras. Al colaborar con otros adultos que también creen que los niños son estudiantes aptos y capaces, nos hallamos inmersas en un ambiente donde se respeta a los niños y se aceptan de buena gana los retos de seguir un currículo emergente con estudiantes de cualquier edad.
Nota: Erin Hamel era maestra superior, Mollie van Kampen era maestra principal, y Sara Dolezal, Brianna Kennedy, Ashley McConnell y Jordyn Nikkilaa eran estudiantes de pedagogía durante el presente proyecto.