A los niños pequeños les gusta aprender sobre el sol, la luna y las nubes en el cielo. Independiente de la estación del año, ayude a su niño preescolar a vestirse apropiadamente para el clima y a aplicarse el protector solar, y luego convierta su patio o el parque en un laboratorio científico al aire libre.
Actividades diarias sobre el cielo
- Antes de salir, hable con su hijo sobre las cosas que ambos han notado acerca del cielo. Comparta con su hijo libros que mencionen el cielo (por ejemplo, What a Wonderful Day to Be a Cow de Carolyn Lesser).
- Cuando el sol no está en la parte más alta del cielo, acuéstense en el suelo y miren juntos hacia arriba. Recuerde a su hijo que no debe nunca mirar directamente hacia el sol, ni siquiera con los lentes de sol. Conversen sobre los colores, las nubes y las criaturas voladoras que ven los dos. Repitan la actividad en días despejados, de niebla y de nieve. Traiga papel, lápices y una tabla con sujeta-papeles para hacer bosquejos de las nubes mientras están acostados.
- Haga las mismas actividades de noche. Busquen la luna, las estrellas, constelaciones y nubes. Los niños no pueden observar el cielo nocturno cuando están en el preescolar. Por lo tanto, las investigaciones nocturnas pueden representar un momento especial para que usted y su hijo aprendan juntos.
Actividades para días soleados
- Ayude a su hijo a hacer bosquejos en el suelo de las sombras de los árboles y otros objetos, usando tiza. Después de 30 minutos, más o menos, vuelvan a mirar los bosquejos y hablen sobre lo que ha pasado con la sombra. Hagan nuevos bosquejos en otro color y mírenlos otra vez, 30 minutos más tarde. Cada vez que miren, hágale notar dónde está el sol en el cielo. Pregúntele a su hijo: “¿Qué piensas tú que está pasando?”
- Ayude a su hijo a crear dibujos con sus propias sombras. Sugiera desafíos: “¿Podemos hacer que nuestras sombras vayan asidas de las manos aunque realmente mi mano no toque la tuya?” “¿Cómo puedes hacer más corta tu sombra?”
- Traiga objetos transparentes o traslúcidos (por ejemplo, recipientes de plástico) y algunos objetos que no dejen pasar la luz del sol (un paraguas, tubos de cartón, etc.). Junto con su hijo, explore lo que pasa cuando intenta hacer sombras con todos estos objetos. ¿Hace una sombra un vaso de agua? ¿Y cosas pequeñas como botones o la gravilla?
- Disponga una cubeta de agua y brochas en un día caluroso. “Pinte” la acera, los muros de la casa, árboles y otros objetos con su hijo o hija. Después de unos minutos, invítela a observar lugares que ya ha pintado y que han empezado a secarse. Probablemente notará que los brochazos que están expuestos a la luz del sol se secan más rápidamente que los que están a la sombra.
- Pida a una bibliotecaria que lo ayude a encontrar libros acerca de la luz del sol, las sombras y la noche para leerlos con su hijo.