El juego con las armas en el preescolar. ¿Cómo debemos de responder?

Jason, niño de 4 años de su clase de pre-kindergarten, saca un bloque del área de construcción, la mantiene con el brazo extendido y dice: “¡Pum, pum, todos ustedes están muertos!” ¿Qué va a hacer? Un maestro preescolar puede sentirse angustiado o preocupado sobre cómo reaccionar ante este tipo de juego. En esta entrada del blog exploraremos las bases de por qué el juego con armas de fuego ocurre entre los niños pequeños y cómo los maestros pueden responder.  

Las armas en nuestro mundo

Las armas de fuego han sido desde hace muchos años una causa principal de muertes en niños y adolescentes en los EE.UU. Algunos niños han presenciado o han experimentado crímenes violentos en su comunidad o en su hogar. No obstante, es importante notar que la violencia no es un problema estrictamente de las zonas urbanas. Los niños en su escuela, inclusive en las clases de pre-kindergarten y preescolares, pueden experimentar simulacros de tirador activo. Tal vez hayan visto informes en las noticias sobre los tiroteos escolares o hasta conozcan a alguien que ha sido afectado por uno.  

Por qué se juega a tener armas

Los niños actúan para representar en forma dramática lo que han observado de la vida real. En el caso de las armas, esto podría incluir actos de violencia en la comunidad o en el hogar, o el uso de armas para la caza o la protección personal. Todos conocemos el ejemplo de un niño de 3 años que usa platos de plástico en su cocina de juego para copiar a su padre o madre que está lavando los trastes en el lavabo de la cocina. Asimismo, un niño de 3 años puede tomar una pistola de agua y apuntarla hacia otro niño después de observar un incidente de violencia doméstica. Sin embargo, puede ser que las experiencias dificultosas no sean la única razón para el juego con armas; un niño pequeño sencillamente puede estar imitando a niños mayores que juegan con pistolas de agua o de pelotas Nerf.  

Los niños también imitan las acciones que han visto en la televisión o en videojuegos. Aun cuando se está viendo las noticias en el fondo del salón o cuando unos niños mayores están jugando a videojuegos en la presencia de niños menores, los preescolares están al tanto de esto y van aprendiendo. Un niño menor podría hacer la cuenta de ser un “combatiente” en un videojuego tomando un arma de juego para “disparar” a un amigo o hermano.  

Los niños quieren experimentar una sensación de tener poder cuando se han sentido indefensos. Tienen una necesidad en su desarrollo de sentirse fuertes. Muchas cosas en la vida de un niño pequeño son controladas por los adultos, pero el pequeño tiene una necesidad fuerte de ser independiente. Ponerse los propios zapatos, caminar sin asir la mano de otra persona o tener una pistola de juego en la mano puede permitir que el niño o niña también se sienta poderosa y fuerte. El juego con pistolas no necesariamente lleva a la conducta violenta en el futuro.  

Acciones que los maestros pueden considerar

Los maestros podemos sentirnos preocupados sobre cómo responder al juego con armas en el aula. Hay varias opciones, y no hay una sola opción correcta para todo educador. Este tipo de juego puede ofrecer el contexto ideal para entablar conversaciones con los niños sobre las reglas del salón de clases. Los educadores podemos reflexionar sobre nuestros propios valores y creencias personales y profesionales sobre la seguridad, el juego libre y las opciones en el aula al considerar las siguientes cuatro opciones.  

1. Prohibir el juego con armas 
   Algunos maestros pueden prohibir el juego con armas en sus salones, o puede ser que su escuela tenga una regla de cero tolerancia sobre las armas de juego o el juego con pistolas. Revise las reglas de su centro sobre los tipos de armas de juguete o juegos con armas pueden estar permitidos o prohibidos. Se le puede decir a un niño: “No jugamos a las pistolas en nuestra escuela, es la regla de la escuela. Pero puedes jugar con legos o con bloques en cambio”.   
2. Permitir el juego con armas 
   Algunos maestros pueden permitir el juego con armas. Los maestros pueden observar a los niños durante el juego libre y hacer participar a la clase en una conversación sobre qué hacer respecto a jugar con armas. Si es molestoso para algunos, ¿qué sugerencias o soluciones tienen? Por ejemplo, se puede hacer una regla de la clase que si un compañero te pide dejar de jugar a tomar armas, tienes que dejar este tipo de juego.  
3. Permitir el juego con algunos límites  
   Algunos maestros pueden considerar maneras de integrar algunos límites al juego con armas. Por ejemplo: “En mi aula no se permite el uso de armas de juguete realistas ni apuntar pistolas a las caras de otros, pero dejo que los niños pongan las manos en la forma de una pistola, que jueguen con pistolas de agua o que creen armas con objetos naturales y materiales de artes”. 
4. Facilitar activamente el juego 
   Algunos maestros pueden integrarse a situaciones del juego con armas para dar un modelo del juego apropiado. Por ejemplo, la Srta. Andrea se une al grupo de niños que están jugando en el área de bloques y dice: “No me gusta cuando me disparas. Ya no hagas eso. Voy a meter mi arma a la pistolera porque no necesito disparar todo el tiempo. ¡Quiero construir una torre muy alta! ¿Quién va a ayudarme?”.  

Por muchas razones relacionadas con el desarrollo y el ambiente, los niños pequeños pueden continuar su juego con armas en el salón de clases preescolar. Los maestros debemos de responder a este tipo de juego con consideración y pensamiento.  

Recursos en Internet