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Cómo planear la preparación para un ejercicio de seguridad

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wall alarm

Un alarma suena muy fuerte, todos se ponen a moverse muy rápidamente en tu alrededor y la maestra da instrucciones con una voz de firmeza. Se te aumenta el ritmo cardiaco y con los ojos muy abiertos mira a tus compañeros. Te preguntas qué está pasando. No es el horario normal; debíamos de visitar el gimnasio por ahora. Te sientes asustado y preocupado. ¿Por qué nos estamos formando en fila? ¿Adónde vamos?

Los ejercicios de seguridad pueden ser espantosos para un niño. Los ruidos fuertes y el cambio en la rutina del aula de un niño pueden dificultar la auto-regulación. En esta entrada del blog vamos a tratar la función de los ejercicios de seguridad, los sentimientos de los niños acerca de los simulacros y cómo los maestros podemos preparar a los niños para estos eventos.

¿Qué es un ejercicio de seguridad?

Los simulacros o ejercicios de seguridad tienen por objetivo apoyar la seguridad y el bienestar de niños y adultos que están en escuelas y centros de cuidado infantil antes de que ocurra un desastre al ayudarlos a estar bien preparados para una emergencia potencial. En la mayoría de las escuelas y guarderías se practican simulacros para diversas emergencias. Estos pueden incluir simulacros de incendios, cierres de emergencia, ejercicios de tirador activo, evacuaciones del camión escolar o de la escuela y ejercicios para condiciones climáticas severas o para “refugiarse en el lugar”. Estos ejercicios suelen practicarse varias veces cada año escolar. Todos los niños y adultos en la escuela o el centro de cuidado participan en ellos, y se descontinúan la instrucción, el juego y las otras rutinas diarias durante los mismos. Un ejercicio o simulacro puede durar mucho o poco tiempo.

Hable de los simulacros y practíquelos antes de que ocurran.

Puede ser útil para los niños pequeños que se hable de los ejercicios de seguridad antes de que sucedan. Esto les da una idea de qué esperar para que no les resulte extraño y asustador todo lo que pasa. Asegúrese de tener conversaciones sobre los simulacros y las expectativas para ellas antes del primer ejercicio. Primero, descríbalo en términos generales, como por ejemplo: “Vamos a oír un ruido fuerte. Después todos nos vamos a cierto espacio o nos ponemos en cierta posición. Esperamos así hasta que el adulto encargado de la escuela nos diga que es hora de volver a la clase”.

Luego practique el ejercicio concreto. Por ejemplo, en el caso de un simulacro de incendios, haga un sonido de una alarma usando un celular o computadora y siga las reglas típicas para formarse y salir del edificio. Cuando la clase haya llegado al sitio indicado en el exterior, pase lista y dé la señal que todo está bien. Al terminar, entren de nuevo a la oficina y acomódense en el salón de clases.

Después del ejercicio, repase con los niños cómo les ha ido. ¿Qué notaron? ¿Qué pasa cuando se oye la alarma? ¿Qué debemos de hacer luego? Por ejemplo: “Cuando se oye la timbre, vamos a dejar todas nuestras actividades y formarnos rápidamente y en silencio junto a la puerta”. Enfocarse en los pasos que los niños deben seguir y al mismo tiempo reconocer los sentimientos de los niños pueden ser útiles en esta conversación de análisis y orientación.

Los sentimientos son normales.

Puede ser espantoso pensar en emergencias como la de un tirador activo en el edificio, una bomba, un incendio o un evento climático severo. Es normal que un niño pequeño esté preocupado y exprese los sentimientos intensos, por ejemplo llorando o gritando, durante un ejercicio de seguridad. Otros niños pueden experimentar el estrés de una manera diferente, al quedarse en un lugar sin poder moverse o al no seguir las reglas para el ejercicio.

La mayoría de los niños ven su escuela o guardería como un espacio seguro. Cuando una emergencia ocurre en este lugar, se les rompe la perspectiva de seguridad. Aunque sea un ejercicio artificial, puede parecer y sentirse real. Después de un simulacro, al reunir a los niños en el aula para tener una conversación, enfatice que todos están seguros y unidos y que el ejercicio no fue una emergencia real. Es una práctica, de modo que en el caso de una emergencia real, todos sabrán qué deben hacer. Reconozca los sentimientos que los niños tengan, explique que los adultos en la escuela o el centro están para mantenerlos seguros y después vuelva a su rutina regular del día. La rutina les ayuda a los niños a recuperarse del estrés.

Ruidos fuertes y luces brillantes

Los simulacros ocurrirán varias veces durante el año, y las prácticas y preparaciones realizadas en forma regular ayudarán a los niños. Se anuncian los ejercicios distintos con sonidos singulares, como una sirena de tornados o una alarma de incendios. Si usted sabe cuáles timbres van a sonar y cuáles luces van a destellar, puede señalarlas de antemano a los niños. No más saber de dónde vienen las luces y los sonidos puede ayudar a los niños a saber qué esperar.

Especialmente para los niños que tienen dificultades de procesamiento sensorial, los sonidos y los estímulos visuales pueden ser abrumadores. Es posible que se necesite tomar más cuidado con estos niños. Cierto niño podría poner las manos sobre las orejas naturalmente para bloquear el sonido fuerte de la alarma. Si usted tiene la regla de poner las manos a los costados al caminar por el pasillo, considere hacer una acomodación para este niño llevando auriculares con cancelación de ruido en el paquete para emergencias. Si sabe que otro niño podría sentirse desorientado cuando hay luces destellantes, puede ser que necesite un compañero adulto para ir asidos de las manos en la fila y así sentirse seguro. Si hay un niño en su cuidado que tiende a escaparse de la clase o correr durante los eventos estresantes, esté listo para hacer que le acompañe un adulto para la seguridad.

Los niños pueden estar preocupados sobre los ejercicios de seguridad o asustarse durante ellos. Con la buena preparación de parte de usted, el maestro, junto con el reconocimiento de las emociones y la buena planificación, se puede reducir el estrés y el miedo asociados con los simulacros mientras estos eventos llegan a percibirse cada vez más como algo rutinario.

Natalie Danner

Natalie Danner

La Dra. Natalie Danner es Especialista en contenidos del Proyecto Illinois Early Learning. Ha trabajado en programas universitarios de preparación docente para maestros preescolares en Nebraska, Oregon y Connecticut. También ha sido maestra de la primera infancia y líder escolar en la Ciudad de Nueva York y Arizona. Obtuvo su doctorado en educación especial infantil de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.

Sobre este recurso

Este recurso va dirigido a:
  • Centro de cuidado infantil
  • Programa preescolar

Tipo de programa al que el artículo va destinado:
  • Profesores e instructores

Edad de los niños sobre los que trata el artículo:
Revisado: 2023