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Katie Delaney
Madison Early Childhood Center
Elmhurst (Illinois)
Otoño de 2020 – Primavera de 2021

El proyecto de servicio comunitario duró ocho semanas y se realizó en nuestro centro, donde se sirve a niños de entre 3 hasta 5 años de edad en clases de medio día. El programa se patrocina con las cuotas de matrícula y contribuciones del distrito escolar local y el programa estatal Preescolar para Todos (PFA, siglas en inglés).

Dieciséis estudiantes de las clases de la tarde participaron en este proyecto. De estos 16 niños, seis estudiantes tenían Planes Individualizados de Educación (IEP, siglas en inglés), dos estudiantes tenían IEP enfocados solamente en el habla, dos aprendían el idioma inglés, cuatro estaban inscritos en el programa PFA y cinco eran estudiantes que pagaban la matrícula. Todos menos un niño irían al kindergarten el año escolar siguiente.

Fase 1. El comienzo del proyecto

Este proyecto se llevó a cabo durante el año escolar 2020–2021. Recién habíamos vuelto a tener la instrucción en persona en el tiempo del COVID. Al considerar temas de proyectos para mis estudiantes, siempre estoy escuchando y observando para encontrar intereses comunes entre los estudiantes. Yo esperaba proporcionar a mis estudiantes experiencias que les interesarían en un tema de proyecto que también les permitiera hacer una contribución a la comunidad.

Al comienzo del año escolar, contacté con los padres y madres para solicitar que llenaran una encuesta breve sobre los temas acerca de que les gustaría servir de expertos invitados, de acuerdo con sus oficios, pasatiempos y otros intereses. En la encuesta, aprendí que una madre siente pasión por cuidar perros, abogar para que tengan buenas condiciones de vida y acogerlos en su hogar. Pregunté a esta madre si quisiera hablar a nuestra clase sobre su participación en una entidad llamada Live Like Roo porque sé que muchos de mis estudiantes tienen animales de compañía y que muchos de estos son perros.

Live Like Roo (Vive como Roo) es una organización sin fines de lucro que cuida animales que se encuentran en la última etapa de la vida. La madre acordó servir de experta y con alegría se unió a una reunión de Zoom con nuestra clase para hablar de Live Like Roo. Después de este evento inicial de Zoom, me parecía que podíamos extender lo que habíamos aprendido sobre la entidad al hacer cobijas para los animales enfermos y también tarjetas para expresarles buenos deseos.

Yo no esperaba que mis estudiantes sintieran tanta motivación y emoción por lo que aprendieron durante la junta en Zoom. La madre explicó lo que hacía para apoyar animales en Live Like Roo. Detalló cómo las familias acogen animales en sus hogares y cómo Live Like Roo hace cajas de provisiones para cada animal y las manda a las familias. Las cajas contienen cobijas, juguetes, tarjetas de regalo a McDonald’s y tarjetas de buenos deseos.

A mis estudiantes les interesaba mucho aprender más sobre las tarjetas de regalo de McDonald’s que se incluían en las cajas de provisiones. Se preguntaban por qué se metían las tarjetas de regalo en las cajas. La madre explicó que los perros estaban muy enfermos y si sus dueños les compraban helados, hamburguesas o hamburguesas con queso, los hacía sentirse mejor. Los niños quedaron fascinados con la idea que los animales pudieran comer cosas de McDonald’s. Esto les despertaba mucho interés, y me di cuenta de que esto podía dar lugar a un proyecto muy estimulante que permitiría que los estudiantes contribuyeran a su comunidad.

En los días siguientes hicimos listas para apuntar lo que sabíamos sobre los animales y específicamente las mascotas (vea la Figura 1). Apuntamos nuestras ideas sobre quiénes tenían mascotas y de qué tipo, lo que las mascotas necesitaban para vivir, cómo cuidar animales y cómo podíamos mantener nuestras mascotas en buena salud. También escribimos las preguntas que los niños tenían acerca de los animales de compañía.

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Figura 1. Una lista que los niños generaron para compartir sus ideas sobre lo que necesitan los animales.

Los niños seguían sintiendo interés en cómo ayudar a los animales en Live Like Roo. Me emocionaba que los temas que les interesaban se centraban en contribuir y servir a la comunidad. Durante toda la investigación, íbamos agregando más preguntas a nuestra lista con regularidad. Cada vez que los niños encontraran la respuesta a una de sus preguntas, la marcábamos con una X para llevar la cuenta de lo que todavía les quedaba por aprender.

Las preguntas de nuestra lista incluían las siguientes:

  • ¿Cómo podemos ayudar a los animales en Live Like Roo?
  • ¿Cómo podemos obtener dinero para comprar tarjetas de regalo de McDonald’s para las cajas de provisiones?
  • ¿Qué comen los animales?
  • ¿Cómo se cuida a los animales?
  • ¿Qué es una mascota?
  • ¿Cómo se mantienen en buena salud?
  • ¿Viven dentro o fuera de la casa?
  • ¿Se ponen ropa las mascotas?

Mi expectativa para el proyecto era que los niños comprendieran que colaboraban para hacer una contribución a la comunidad: un proyecto de servicio. Deseaba que al final del proyecto los estudiantes tuvieran conciencia y comprensión de que siempre pueden ayudar a otros sin esperar necesariamente que se les dé nada a cambio.

Fase 2. El desarrollo del proyecto

Para comenzar nuestra investigación durante esta fase, nos enfocábamos en la pregunta que un estudiante había hecho: “¿Cómo podemos ayudar a los animales de Live Like Roo?” Durante una conversación de la clase, los estudiantes se dieron cuenta que querían ayudar a Live Like Roo a hacer cajas de provisiones. Y entendieron que para hacerlo, tendrían que recaudar fondos para comprar las tarjetas de regalo. Esto llevó a una pregunta nueva: ¿Cómo podemos ganar dinero? Hicimos una lista de las ideas que los estudiantes tenían, como vender limonada en una calle, vender galletas dulces y pastelitos, y pedir dinero a nuestros padres.

Mantuve una conversación con los niños para ayudarlos a conectar sus conocimientos sobre las mascotas y el cuidado de animales con ideas sobre maneras de recaudar fondos. Los niños recordaron que a los perros les gusta comer dog treats (premios para perros) y que los gatos juegan con juguetitos. Un estudiante tuvo la idea que podíamos hacer y vender premios para perros. Luego otro estudiante se metió en la conversación para decir que podríamos hacer juguetes para gatos también. Otros estudiantes ofrecieron la idea adicional que tal vez pudieran obtener dinero por darles premios o juguetes a los dueños de gatos y perros que se hallaban entre sus conocidos.

Les dije a mis estudiantes que esto podría llamarse una donación y que la gente puede decidir donar dinero por las cosas que planeábamos hacer. Expliqué que una donación puede ser cualquier monto de dinero que la persona quiere dar. Los niños acordaron que este sería un modo excelente de obtener dinero para Live Like Roo.

La primera actividad que la clase decidió emprender era hacer premios para perros. Esto los llevó a preguntarse cómo se hacen las mismas. ¿Cuáles ingredientes se necesitan? Buscamos en Internet recetas de premios para perros. Encontramos y utilizamos una receta que se podía hornear en la escuela (vea la Figura 2).

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Figura 2. Los niños elaboran premios para perros.

Después teníamos que hacer juguetes para gatos, lo que llevó a otra pregunta: “¿Con qué tipo de juguetes juegan los gatos?” Para hallar las respuestas, preguntábamos a compañeros de clase que tenían gatos, y también hicimos una investigación al ver imágenes en libros y en Internet. Según nuestra investigación, decidimos hacer tres tipos de juguetes de gato utilizando diversos materiales de artes. Los estudiantes tenían que idear diseños y materiales que los gatos podían usar sin peligro y que los niños podían elaborar en forma independiente. Un juguete de gatos era una pelota de pimpón llena de arroz y envuelta con cinta adhesiva decorada para manualidades. El segundo estaba hecho de limpia-pipas envueltos alrededor de rotuladores. El tercero eran tubos de cartón para papel higiénico; hicimos cortes chiquitos en los extremos y envolvíamos el centro con cinta decorada (vea la Figura 3).

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Figura 3. Tres tipos de juguetes para gatos que los estudiantes elaboraron.

Mientras los estudiantes participaban activamente en hacer los premios y los juguetes, hice una lista de videos. También les pregunté sobre lo que hacían y por qué. Junté los videos para hacer un video largo para ayudar a concienciar a otros sobre nuestros proyectos y ayudarnos a obtener donaciones. Compartí este video con los padres y madres y la comunidad escolar. Los padres también lo mostraron a otros familiares.

Cuando ya habíamos concienciado a otros sobre nuestro proyecto de servicio por medio del video, hicimos formularios de pedido, las pasamos a otros en la escuela y las enviamos a casa para que las personas pidieran premios para perros y juguetes para gatos (vea la Figura 4).

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Figura 4. Un formulario de pedido de premios para perros y juguetes para gatos.

La creación de los formularios de pedido fue todo un proceso también. Queríamos idear un logotipo, así que los estudiantes hicieron y entregaron dibujos de perros y gatos. Durante varios días pensábamos en cuáles dibujos de gatos y de perros queríamos utilizar como nuestro logotipo en los folletos. Los niños dieron votos y en fin escogimos algunos de sus dibujos favoritos.

No solo utilizamos el logotipo en el folleto, sino también cuando recibíamos un pedido, empaquetamos el premio o el juguete en una bolsa con una pegatina impresa con el logotipo y un mensaje de gracias. Si el pedido era para una persona que trabajaba en nuestra escuela, algunos estudiantes se lo presentaban en persona. Si era de un familiar, el estudiante llevaba el pedido empaquetado a casa en la mochila.

Al principio hicimos una tanda de premios para perros para todos los que los habían pedido, y muchos empleados y familiares devolvieron los formularios de pedido para comprar premios y juguetes. Nos dimos cuenta rápidamente que teníamos que hacer más premios mientras recibíamos más y más pedidos. Los clientes devolvían los formularios con el pago adjunto. Recaudamos más de $1.000 dólares (vea la Figura 5).

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Figura 5. Los estudiantes crearon un poster de agradecimiento para el final del video.

Como parte de nuestra investigación práctica en un sitio, caminamos a una tienda de mascotas local llamada Ruff Life, donde les regalamos una canasta de nuestros juguetes para gatos con una carta de donación que explicaba nuestro proyecto. El dueño nos dijo que podíamos dejar la canasta en el mostrador para recibir más donaciones. Algunas semanas más tarde volvimos para recoger la canasta y recolectar las donaciones. Mientras estábamos fuera de Ruff Life, hicimos una foto de la clase que posteriormente se publicó en el periódico local con una descripción de nuestro proyecto de servicio comunitario (vea la Figura 6).

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Figura 6. Esta foto se incluyó en el periódico de la ciudad con una descripción de nuestro proyecto de servicio.

Durante todo el proyecto yo invitaba de varias maneras la participación de los padres y madres. Utilizaba Seesaw, un app que uso para compartir fotos de los estudiantes y comunicarme con las familias, regularmente durante el proyecto para que los padres y madres supieran en qué trabajábamos durante las clases y extendieran las lecciones en casa al platicarlas con sus hijos. Compartí con las familias el video de la clase que describía el proyecto de servicio y también envié a casa folletos para que los padres pudieran pedir cosas y hacer donativos.

Durante el proyecto había un niño de la clase que participaba en forma remota cada día a causa del COVID. Me comunicaba frecuentemente con sus padres para que él pudiera participar activamente en el proyecto. Por ejemplo, usó la receta para hacer premios para perros y juguetes para gatos en casa.

Fase 3: La conclusión del proyecto

Después de que los estudiantes mandaran a casa todas las cosas que se habían comprado y contaran los fondos recaudados, colaboré con ellos para hacer un plan de lo que haríamos con el dinero. Primero encontré la Lista de deseos que Live Like Roo tenía en Amazon con cosas que los perros necesitaban. Proyecté la lista de deseos en la gran pantalla del aula para mostrarla a los niños. Juntos repasamos las cosas de la lista, y pregunté a los niños qué pensaban que deberían comprar para los animales. Habían recaudado fondos suficientes para comprar al menos un ejemplar de cada cosa en la lista. Estas incluían juguetes chillones para perros, pelotas, juguetes de peluche y juguetes masticables. Todas estas cosas se metieron en las cajas de provisiones.

Luego planeamos una excursión de caminar al restaurante de McDonald’s más cercano. Con una porción de los fondos que habíamos recaudado, compramos tarjetas de regalo que también se incluirían en las cajas para Live Like Roo. Estas son las tarjetas de regalo que los dueños pueden utilizar para comprar premios para sus perros. En este momento los estudiantes sintieron que habían completado el propósito de su proyecto. Desde que aprendieron de Live Like Roo por la primera vez, se sintieron inspirados y motivados para idear una manera de comprar tarjetas de regalo de McDonald’s para las cajas de provisiones. ¡Y ya lo hicieron!

Mientras estábamos en McDonald’s, compré helados para los estudiantes como una sorpresa. Los estudiantes no esperaban esto y se alegraban de tener esta golosina (vea la Figura 7). Les dije que quería darles esta delicia para celebrar su gran trabajo.

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Figura 7. Los niños disfrutan sus helados muy merecidos. 

Volvimos caminando a la escuela y metimos las tarjetas de regalo en cajas junto con las cobijas y las tarjetas de buenos deseos que habíamos hecho. Una vez que Live Like Roo recibiera nuestras cajas, junto con las cosas de Amazon, se volvieron a empaquetar y se mandaron a las familias de las mascotas enfermas.

Como resultado de su participación en este proyecto, los estudiantes aprendieron que es bueno pensar en otros y ayudar a otras personas o animales. Experimentaron directamente que no se necesita algo tangible para sentirse bien. Descubrieron diversos lugares de nuestra comunidad, como la entidad sin fines de lucro Live Like Roo y la tienda de mascotas Ruff Life. Aprendieron a hacer premios para perros y juguetes para gatos. Se dieron cuenta que en lugar de pedir dinero a sus padres, podían pensar en forma original y ganar dinero ellos mismos. Aprendieron lo que significa hacer una donación y el impacto mayor que varios donativos pueden tener.

Reflexión de la maestra

Siempre que reflexiono en este proyecto, me hace sonreír. Este proyecto de servicio era significante para mí ya que se amplió tanto, gracias a los niños y su deseo de ayudar a animales enfermos. Una vez que escucharon que los animales podían comer cosas de McDonald’s, ya fue demasiado tarde para detenerlos. Los niños tuvieron que idear cómo obtener dinero para comprar las tarjetas de regalos. A no ser por la compañía de McDonald’s y la mercadotecnia que utilizan para llegar a los niños, no sé si este proyecto hubiera sido tan inspirador para ellos. Ahora aprecio mucho la manera en que McDonald’s se centra en los niños.

Al pensar sobre comenzar un proyecto, decidí que quería hacer uno con una orientación hacia el servicio. Me gustaba la idea de lograr que los niños hicieran algo para contribuir a la comunidad en aprecio por lo que recibían, y deseaba que se dieran cuenta que no eran muy pequeños para ayudar a otros. Los niños estaban entusiasmados durante todo el proyecto ya que cada día estábamos ocupados haciendo tarjetas de buenos deseos, horneando premios, haciendo juguetes o entregando los regalos de agradecimiento. Fue toda una empresa.

Aunque en la clase se incluía a niños de diversos niveles de capacidad y de familias variadas, se hizo que todos participaran. En realidad, este proyecto unió a los niños para formarlos en un equipo estrecho. Cierta niña en participar era muy tímida e introvertida. Por ejemplo, cuando llegaba a la escuela, lloraba y no decía nada.

Mientras el proyecto se desarrollaba y la niña se sentía cada vez más interés e inversión en las actividades, empezaba a participar con éxito. Le encantaba hacer los juguetes para gatos porque tenía gatos en casa. La conexión a este proyecto la ayudó mucho a crecer. Ya se sentía más cómoda en la escuela, se expresaba más y hasta entabló algunas amistades.

Yo ciertamente haría un proyecto de servicio otra vez. ¡Es una situación en que todos ganan!

También participaron en el proyecto Anna Robins, patóloga del habla y lenguaje, además de Tisha Hickey y Millie Rodríguez, ayudantes de maestros y personal escolar.

Sobre este recurso

Este recurso va dirigido a:
  • Programa preescolar

Tipo de programa al que el artículo va destinado:
  • Profesores e instructores

Edad de los niños sobre los que trata el artículo:
Revisado: 2023