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Julie McGovern 
Madison Early Childhood Center 
Elmhurst (Illinois)  

El proyecto Polluelos por todas partes se desarrolló durante siete semanas con la participación de los estudiantes de nuestra clase vespertina. Los niños de nuestra clase tienen edades de entre 3 hasta 5 años. Dieciséis niños tomaron parte en el proyecto. Entre ellos, cinco estudiantes tenían Planes Educativos Individualizados (IEP por sus siglas en inglés), cuatro tenían los IEP relativos al habla solamente, dos aprendían el idioma inglés, tres estaban inscritos en el programa Preescolar para Todos (PFA, siglas en inglés) y cinco eran estudiantes que pagaban cuotas de matrícula. Todos los niños salvo uno entrarían en el kindergarten el próximo año. El financiamiento para nuestro programa es provisto por el distrito escolar local, el programa estatal PFA y las matrículas.  

Entre los muchos adultos que colaboraron para apoyar la participación exitosa de los diversos niños de este grupo, se hallaban las siguientes personas:  

  • Julie McGovern, maestra de educación especial infantil  
  • Anna Robins, patóloga del habla y lenguaje 
  • Andrell Thurmond, maestra auxiliar  
  • Theresa Perry, maestra auxiliar 
  • Hannah Klespitz, estudiante de docencia en Elmhurst University  
  • Sarah Pappas, instructora de maestros  

Fase 1. El comienzo del proyecto

En varios momentos del pasado he cuidado polluelos desde que salieran del cascarón en mi aula utilizando una metodología basada en temas de estudio. Hice arreglos para recoger huevos fertilizados de una granja local, los mantenía en una incubadora en el salón de clases y después devolví los polluelos a la granja más o menos una semana después de su nacimiento. Todas las actividades de los centros y las lecciones que planeé para las reuniones de toda la clase se basaban en el tema de los polluelos. Al reflexionar sobre aquellas experiencias anteriores, sentí que algo hacía falta, aunque la unidad de estudio parecía bien abarcadora en aquel momento.  

Al comenzar a obtener huevos para eclosionar la tercera vez con mis estudiantes, hice planes para seguir las tres fases del Método de Enseñanza por Proyectos para que la experiencia les resultara más relevante y significativa a mis estudiantes. A principios de marzo de 2022, aproveché una conversación durante la merienda para despertar el interés de los estudiantes sobre el tema. Por casualidad escuché que algunos niños hablaban de una marca de dulces de la Pascua Florida. Entré a la conversación preguntándoles: “¿Qué es un peep?” Un estudiante me dijo, “¡Es una cría de gallinas!” Aparenté que no entendía de los peeps y estaba confusa. “¿Es un peep un polluelo real?”—pregunté.  

—No, no seas tontilla. Es un polluelo de confite—dijo uno de los estudiantes.  

—¿De dónde vienen los polluelos de confite?—pregunté.  

—De la tienda—dijeron todos como un coro. Aproveché la próxima pregunta para estimular a los niños a contarme lo que sabían, a ver si se daban cuenta que los polluelos salen de huevos puestos por una gallina.  

—Bueno, entonces ¿de dónde vienen los polluelos reales?—pregunté. Un momento más tarde un estudiante dijo, “De la granja”. Nadie mencionó nada de los huevos.  

Después de esta conversación envié una nota a los padres y madres para comunicarles que más tarde en la primavera íbamos a incubar huevos hasta que salieran los polluelos. Expliqué que este proceso llevaba 21 días. Informé a los padres que cuando los polluelos ya hubieran salido de los huevos, se permitiría que los estudiantes tocaran y cuidaran las crías, y pedí que los adultos por favor me lo comunicaran si no querían que su hijo las tocara. La nota también incluía la pregunta que si algún familiar tuviera experiencia de criar polluelos, ya que buscábamos a un “experto de polluelos” para invitarlo a visitar la clase. Un padre dijo que tenía un familiar que vivía en una granja en otro estado y que tal vez pudiera contestar preguntas por medio de Zoom.  

Para aumentar el entusiasmo sobre este tema, escondí algunos objetos en nuestro salón de clases para estimular la curiosidad en los niños y para que yo pudiera aprender más sobre los conocimientos de fondo que ellos ya tenían sobre el ciclo de vida de un polluelo. Coloqué un libro de no ficción en el centro de ciencias. También dejé un polluelo de juguete de cuerda y un huevo de juguete en una mesa ubicada entre las áreas de juego dramático y de bloques para que los niños los utilizaran al jugar en los centros. Finalmente, puse una caja sobre un estante que estaba en frente de la alfombra en que los niños se sentaban durante las juntas de toda la clase. En la tapa de la caja se hallaba una foto de huevos dentro de una incubadora. Estos pasos pequeños de agregar unos pocos accesorios en áreas muy transitadas del aula era justo el estímulo que nos hacía falta para despertar la curiosidad en los estudiantes.  

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Figura 1. Un estudiante juega con un juguete a cuerda y empieza a formar conexiones con las conversaciones de la clase sobre los polluelos.  

Durante algunos días las maestras de nuestro equipo recogieron muestras de lenguaje de las conversaciones ocurridas en varias partes del aula sobre los huevos y los pollos. Al considerar esta información, nos dimos cuenta que los niños tenían alguna comprensión sobre la relación que existe entre un huevo y una gallina pero probablemente no entendían que un proceso complejo de desarrollo se realizaba dentro de un huevo fertilizado. Algún día durante la reunión del círculo nuestra patóloga del habla y lenguaje preguntó a los niños: “¿Qué saben de los polluelos?” Mientras los estudiantes expresaban sus pensamientos, las maestras apuntamos sus palabras en notitas adhesivas, las etiquetamos con los nombres de los niños y las fijamos en el caballete de las maestras a la vista de todos. Esto era motivador para los niños y los alentaba a participar. Además, esta estrategia sirvió para documentar nuestra conversación y me facilitó el proceso de categorizar las respuestas de los estudiantes posteriormente al seleccionar objetivos y temas de aprender para fines de planeamiento.  

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Figura 2. Durante la reunión del círculo, nuestra patóloga del habla y lenguaje lee en voz alta las expresiones de los estudiantes en respuesta a su pregunta, “¿Qué saben de los polluelos?”, para activar el conocimiento previo de los mismos sobre las crías de pollos.  

Mientras nos preparábamos para la partida al final del día, un niño preguntó, “¿Para qué sirve eso?” y señaló con el dedo la caja con la incubadora. Les expliqué a los niños que dentro de la caja se hallaba una incubadora, que es una máquina que hace lo mismo que una gallina mamá al mantener los huevos cálidos mientras un polluelo está creciendo por dentro. También anuncié que durante la vacación de la primavera, yo iba a obtener huevos de una granja para guardarlos en esta incubadora. Esto los emocionó mucho. Durante los días de descanso, recogí 12 huevos fertilizados de la granja, los traje al aula y los guardé en la incubadora. El calor del aparato comenzó el proceso de crecimiento el sábado antes de que volviéramos a tener clase.  

Cuando los estudiantes entraron al salón de clases aquel lunes, notaron los huevos debajo de la tapa transparente de la incubadora. Desde luego ansiaban mirarlos más de cerca y por accidente se chocaron con el mueble en el que estaba la incubadora, lo que hizo que los huevos temblaran adentro. Les expliqué lo que podría pasar a los polluelos dentro del aparato si uno se rompiera mientras el polluelo todavía no estaba listo para salir. Algunos estudiantes se preocupaban de que se rompieran los huevos.  

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Figura 3. A fin de proteger los huevos para que no se rompieran prematuramente, un estudiante sugirió demarcar un área en la alfombra en que la gente no debía pararse para mirar los huevos.  

Pregunté a los estudiantes si tuvieran más preguntas ahora que habían observado cómo se veían los huevos. Un estudiante reconoció que los huevos eran de diversos colores y tamaños. Le respondí diciendo, “Me pregunto por qué los huevos son de varios colores y tamaños. ¿Es esto algo sobre el que queremos hallar una respuesta? ¿Cómo puedo decir eso como una pregunta?”. Yo sabía que durante algún momento de nuestra investigación, querría tratar esta observación, así que la apunté. Otro estudiante notó un recipiente de agua que estaba al lado de la incubadora y preguntó, “¿Por qué hay agua?”. Le dije que el agua es importante para mantener un buen nivel de humedad y que todo ser vivo necesita el agua.  

Yo había marcado los huevos con las letras X y O. Un estudiante preguntó: “¿Por qué hay marcas de X y O en el huevo?”. Le dije que yo las hacía para asegurarme que se diera vuelta a los huevos dentro de la incubadora. Mencioné lo que había explicado sobre el que las gallinas se sentaban sobre los huevos y que a veces les daban vuelta con el pico para calentar el otro lado del huevo. Yo trataba de que los estudiantes comprendieran y tuvieran una imagen mental de que la incubadora debía funcionar como la gallina que cuidaba sus huevos. Apuntamos las preguntas de los niños en sendas notitas marcadas como globos de dialogo para exhibir lo que se aprendía en nuestro tablero de la historia del proyecto, y utilizamos estas preguntas específicas más tarde para impulsar la investigación.  

Entre sus preguntas se hallaban las siguientes: 

  • ¿Cuánto tiempo lleva el polluelo dentro del huevo antes de salir?  
  • ¿A qué hora del día los polluelos van a salir?  
  • ¿La mamá gallina extraña sus huevos? (después de que el agricultor se los lleva). 
  • ¿Por qué son los huevos de diferentes tamaños y colores? (Esta pregunta era de la maestra).  
  • ¿El polluelo será del mismo color que su huevo?  
  • ¿Son todos los polluelos del mismo color?  
  • ¿Los huevos de la tienda son iguales que los huevos de una granja? ¿Cuáles huevos tienen un polluelo que crece por dentro? (Dos preguntas del mismo estudiante).
  • Una pregunta de la maestra: ¿Los polluelos pueden oírnos desde el interior del huevo? 

El proyecto ya llevaba algunos días en marcha y los niños ya tenían más exposición al tema de nuestro proyecto. Yo quería hacer una red para indicar lo que sabían sobre el proceso de desarrollo de los polluelos. Desafortunadamente, tiendo a fijarme mucho en cómo se ve la red en vez de en el proceso de investigación que se está realizando. Como maestra de mucha experiencia, a veces me resulta difícil reconocer mis obstáculos personales. No es nada fácil admitirlo cuando tú misma necesitas apoyo o guía. Pero al hacerlo, les demostré a mis estudiantes la importancia de abrazar una mentalidad de progreso. ¿No hacen así los científicos reales? Así que pedí ayuda a mi instructora docente, Doña Sarah, para liderar junto conmigo la próxima conversación con la clase y ayudarme a organizar las expresiones de los estudiantes. He aquí algunos ejemplos de lo que los estudiantes ya sabían:  

  • “Los polluelos se esconden dentro de los huevos y ¡la mamá se sienta sobre ellos!”. 
  • “Dentro del huevo, el polluelo es morado”.  
  • “Cuando un huevo se rompe, el polluelo se sale”.  
  • “Primero, dentro del huevo hay un círculo chiquito. Después el polluelo va creciendo y creciendo, y crece hasta que sea más grande. Luego la gallina se sienta sobre el huevo para mantenerlos calentitos”.  
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Figura 4. Nuestra primera red de los estudiantes demuestra lo que los niños saben sobre los polluelos y su desarrollo.   

Doña Sarah y yo colaboramos para guiar y planear la investigación partiendo de las respuestas de los niños. Nos reunimos después de clases para reflexionar sobre los conocimientos que los estudiantes ya tenían. Ella me recordó pensar en lo que quería que ellos aprendieran para el final del proyecto. Fijé los siguientes tres objetivos de aprender:  

  1. Hay fases concretas del desarrollo que ocurre durante el periodo de incubación de los huevos.  
  1. En el ciclo de vida de un pollo, primero hay un huevo, luego un polluelo, después una gallina o un gallo adulto y finalmente otro huevo.  
  1. Cómo cuidar de los huevos y los polluelos.  

Con estos tres objetivos en mente, hicimos una tabla y utilizamos ideas de la red de los estudiantes (Figura 4) para categorizar la información que los estudiantes ya sabían en la columna K (sigla de la palabra inglesa know, que representa lo que ya sabemos). Después leímos las preguntas de los “globos de dialogo”, las copiamos en notitas adhesivas, las clasificamos y las fijamos a la columna W (sigla de want, lo que queremos saber) para ayudarme a enfocar los planes para las actividades y experiencias del proyecto que ocurrirían en la Fase 2.  

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Figura 5. Al organizar las ideas de los estudiantes y añadir elementos visuales para apoyar a mis estudiantes que todavía no leían, los ayudé a hacer conexiones con su conocimiento anterior a la vez que les explicaba las preguntas que impulsarían nuestro trabajo del proyecto. Exhibí esta tabla en nuestro tablero de la historia del proyecto junto con la red de los estudiantes.  

Fase 2. El desarrollo del proyecto

Todos los días durante nuestra investigación, al comienzo de cada día vimos textos sin ficción que yo había tomado prestados de la biblioteca pública local. Los estudiantes tenían mucho entusiasmo al comparar fotos de libros distintos y al aprender nuevos datos interesantes sobre los huevos y el desarrollo de las crías. Hallaron muchas respuestas a sus preguntas utilizando estos recursos, y yo los ayudé a documentar estas respuestas en el tablero del proyecto.  

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Figura 6. Los estudiantes se reunieron con entusiasmo al llegar cada día para sentarse en la alfombra y aprender más sobre los polluelos utilizando libros de no ficción. Las conversaciones recíprocas sobre las fotos e imágenes que habían encontrado formaban una parte destacada de nuestras investigaciones.  

Me reuní con grupos pequeños de estudiantes y rompí un huevo comprado de la tienda para examinar los componentes del mismo. Hicimos como científicos reales y buscamos información en los textos sin ficción de los niños para identificar y etiquetar las partes de un huevo. Yo dibujé el modelo de un huevo, apunté las nuevas palabras de vocabulario en una tabla y las hice resaltar con un rotulador fluorescente. Más tarde exhibimos la tabla en el tablero de la historia de nuestro proyecto. Los estudiantes inmediatamente empezaron a usar esta nueva terminología al platicar con sus compañeros.  

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Figura 7. La experiencia directa de analizar las partes interiores de un huevo comprado de una tienda les presentó a los estudiantes la oportunidad de hacer una investigación de primera mano, elemento esencial de la Fase 2.  

Utilizando un equipo de juego para exploración del ciclo de vida de los polluelos, los estudiantes pudieron notar cambios en el desarrollo diario del embrión de un polluelo. Cada día durante la reunión del círculo usamos el calendario lineal de nuestra aula para señalar la etapa del desarrollo de nuestros huevos incubados. En días posteriores, durante la reunión del grupo grande, los niños se turnaban en anunciar a los compañeros los detalles del crecimiento diario de nuestros polluelos embriones e hicieron encuestas sobre sus observaciones. También vimos en YouTube un video de cámara rápida del desarrollo y la eclosión del embrión de un polluelo. Después de esto, varios estudiantes se sintieron inspirados para hacer dibujos de observación.  

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Figura 8. Unos estudiantes usan el equipo de exploración sobre el ciclo vital de los polluelos para notar y comparar los cambios ligeros de un día a otro en el desarrollo de un embrión durante los 21 días del periodo de incubación. 

En una llamada de Zoom con un experto sobre los polluelos que nos hablaba desde una granja, aprendimos que los agricultores o las personas que incuban huevos pueden saber si éstos son viables al usar una vela u otra fuente de luz. Sostuvimos todos nuestros huevos ante una luz y sacamos la conclusión que entre los 12, nueve eran viables. Utilizamos esta información para hacer pronósticos sobre nuestros huevos. Apuntamos un número e hicimos una foto de cada huevo. También pedimos que los estudiantes predijeran si el mismo iba a eclosionar, y si decían que sí, les preguntamos de qué color pensaban que el polluelo sería. Usamos marcas de tarja para representar sus respuestas. Durante la próxima reunión de todo el grupo, repasamos la tabla de las predicciones. 

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Figura 9. Durante el proceso de analizar los huevos con luz, cada niño pudo identificar la cámara de aire, que se ve cerca de la fuente de luz al extremo ancho del huevo. Esto significa que el huevo es viable. La cámara de aire proporciona aire al embrión mientras se desarrolla.  

Cuando ya habían pasado varios días, llegó el momento de hacer preparativos para el día de la eclosión. Reunimos a los estudiantes y les preguntamos qué pensaban que los polluelos necesitarían al salir de sus cascarones. Con algunas comparaciones y unos consejos de los adultos, generamos una lista de materiales. A partir de nuestros experimentos con la luz, sabíamos que era posible que nueve de los 12 huevos eclosionarían.  

Varios niños pensaban que no sería buena idea dejar todos los polluelos ya salidos en una sola caja ya que estaría muy atestada. Decidimos arreglar dos incubadoras temporales para polluelos y dividir los polluelos en dos grupos para que tuvieran más espacio. Agregamos a cada caja material de cama, alimento, agua y una calentadora. Ahora solo nos hacía falta esperar.  

Entrevistamos a nuestro segundo experto sobre los polluelos, una empleada de la escuela cuyos padres tienen una granja pequeña y crían gallinas. Nos explicó que en la granja de sus padres había gallinas adultas que vivían en un área encerrada con una cerca dentro de un gallinero. Un niño preguntó por qué había una cerca que rodeaba el gallinero. La experta nos explicó que hay varios animales salvajes que no son de los que viven en la granja y que se considera que son depredadores de los pollos; y preguntó a los niños si podían adivinar cuáles animales podrían cazar gallinas.  

La experta también nos explicó que los granjeros tienen que usar la estrategia al pensar en dónde quieran construir el gallinero. A varios niños les interesaba hallar el mapa de una granja. Tras una búsqueda rápida en Google, estos estudiantes se pusieron a hacer mapas de granjas. Esta conversación provocó la formación de varias ideas sobre la importancia de crear un ambiente seguro para los pollos y muchas sugerencias para un gallinero remodelado. Decidimos que este sería un desafío perfecto de STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), ¡y esto resultó ser una distracción idónea mientras esperábamos el día de la eclosión!  

El próximo día formamos cuatro grupos de estudiantes y le dimos a cada grupo una caja de materiales específicos para utilizar al construir un gallinero con espacio para una gallina, un polluelo y un huevo. En cada grupo había un estudiante que sería el archivador y dibujaría el plan, un comunicador que contaría los detalles del plan a toda la clase y dos constructores que harían el gallinero. Para cada grupo también había un adulto que ayudaría a facilitar sus esfuerzos por satisfacer los requisitos del desafío.  

Me asombraron muchísimo los resultados de esta actividad. Todos los estudiantes participaron activamente en diseñar y construir su gallinero. Esto era muy significativo para los estudiantes en vista de la conversación el día anterior sobre los depredadores de pollos con nuestra experta. Los niños se sintieron muy motivados por mantener la seguridad de las gallinas. Cada grupo utilizó los materiales de manera creativa y presentó una explicación detallada de sus planes. Las facilitadoras adultas informaron que los niños de cada grupo colaboraron de manera bien pensada y cooperativa con sus compañeros de equipo.  

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Figura 10. Los estudiantes explican sus diseños para un gallinero “a prueba de depredadores” como parte del desafío de STEM.  

Desafortunadamente, los polluelos empezaron a salirse de sus cascarones un sábado por la tarde. Pero por suerte habíamos anticipado esto y ya habíamos arreglado cámaras para transmitir la eclosión en directo. Les comuniqué la información sobre la transmisión en continuo a las familias de los estudiantes, y muchos la observaron durante el fin de semana. Toda la clase rebosaba de entusiasmo el lunes cuando los estudiantes llegaban. Como se había pronosticado, todos los nueve huevos viables habían eclosionado. Colocamos cuatro polluelos en una incubadora temporal y cinco en la otra. Los estudiantes dedicamos mucho tiempo a observar los polluelos, notar todos los detalles y hablar de lo que habían aprendido. Contaron sus sugerencias de nombres para los polluelos y sacamos fotos de cada polluelo con su nombre nuevo. Compartimos esta información con las familias de nuestros estudiantes y fijamos estas imágenes cerca de las incubadoras. Durante los próximos días los estudiantes siguieron instrucciones para hacer dibujos y representaciones tridimensionales de sus polluelos preferidos, que resultó ser un modo fantástico de concluir la Fase 2.  

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Figura 11. Los estudiantes observaron sus polluelos favoritos y completaron dibujos según instrucciones, que presentaban un proceso de dibujar un objeto real paso a paso.  

Fase 3. La conclusión del proyecto

Pasamos cinco días con los polluelos ya salidos. Aunque esto parezca muy poco tiempo, las crías de pollos requieren una atención y un cuidado constantes. Estas responsabilidades adicionales pueden consumir mucho tiempo de los maestros de la clase. Claro está, algunos pueden tener el espacio y la capacidad de mantener unos polluelos sanos en el aula durante más tiempo, pero he hallado que después de como una semana las crías ya son muy grandes para tener cabida en su caja y desarrollan personalidades que requieren más espacio y libertad para andar por el salón.  

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Figura 12. Dedicamos varios minutos cada día a jugar con los polluelos y dejar que caminaran en una hoja grande de papel de carnicero. Los niños tuvieron con frecuencia la oportunidad de sostener y tocar los polluelos, así que notaron lo rápidamente que crecían.  

Ya que las familias y la comunidad manifestaban mucho interés en criar polluelos, decidí que una manera excelente de exhibir lo que habíamos aprendido sería invitar a las familias y a personas de la comunidad escolar a un evento nocturno de puertas abiertas. Programamos un rato breve en que los niños podían dar a sus familiares una gira del tablero de la historia del proyecto y hablar de su participación y sus conocimientos de los polluelos. En la conclusión de la visita las familias tendrían la oportunidad de observar y tocar las crías. El día anterior al evento, les explicamos a los niños cómo sería su papel al darles el modelo de una gira. Las maestras nos paramos en varios lugares ante la pared para alentar a los estudiantes a “explicar” sus artefactos al progresar a lo largo del tablero. Los familiares de casi todos los estudiantes asistieron al evento nocturno, y fue maravilloso observar que los niños se responsabilizaron de lo que habían aprendido.  

Devolví los polluelos a la granja el próximo día, que fue un sábado. La granja está abierta al público y administra un programa los fines de semana con la ayuda de voluntarios que viven cerca. Hice una cita para llegar a la granja a cierta hora y darles nuestros polluelos, y miré mientras los introdujeron en una criadora especial para pollos pequeños. Compartí esta información con las familias de los estudiantes como un evento opcional y les hice la sugerencia que si decidieran venir, podrían hacer planes para quedarse y hacer una gira de la granja. En realidad varias familias y empleados de la escuela nos acompañaron para que nos despidiéramos de los polluelos.  

Reflexión de la maestra

Al comparar los diversos métodos instructivos que he utilizado al cuidar huevos hasta que los polluelos salieran (por ej., métodos basados en unidades temáticas versus el Método de Proyectos), estoy convencida de que un planteamiento hacia el aprender que se basa en proyectos genera una experiencia más significante y abarcadora para estudiantes diversos. Los estudiantes que a veces no se expresaban en las conversaciones de grupos grandes tenían más probabilidad de expresar o contar su conocimiento durante conversaciones informales o la hora de juego no estructurado. Me esforcé por incluir las contribuciones de estos estudiantes en las conversaciones de toda la clase.  

Por lo general, los estudiantes participaron en este proyecto muchísimo más que nunca antes, especialmente los que tenían dificultades sensoriales o de atención o retrasos en sus habilidades sociales. Como resultado, era muy notable que las maestras pasamos menos tiempo manejando los comportamientos y dedicamos más tiempo a fomentar el pensamiento independiente y la creatividad. Además, me sorprendió mucho observar que varias investigaciones surgieron naturalmente durante nuestra fase de investigación. Fue más fácil que yo había previsto permitir que los estudiantes siguieran su interés en los mapas y la construcción. En mi papel de facilitadora del proyecto, ofrecí opciones y sugerencias. Los estudiantes asumieron un papel más dinámico en la clase, y fue muy gratificante presenciar su crecimiento personal, especialmente en los que estaban por adelantar a la clase de kindergarten.  

Como a muchos maestros, se me hacía difícil a mí aceptar la idea de dejar de controlar lo que pasaba en mi salón de clases. Deseo que todo se vea de cierta manera y cuando mis expectativas no resultan como yo quería, mi entusiasmo y confianza en mi propia labor docente ya se vienen abajo. No obstante, entre más veces decido implementar el trabajo en proyectos, más fácilmente puedo dejar a un lado el control de mi clase. Pedir apoyo a un maestro colaborador, proveedor de servicios o instructor de maestros me ha ayudado a abrazar y mantener el rol de facilitadora. Por otro lado, hay algunas áreas innegociables que yo seguiré manejando, pero en cuanto al aprender de los estudiantes, ¡estoy empezando a relajar mi control!  

Sobre este recurso

Este recurso va dirigido a:
  • Programa preescolar

Tipo de programa al que el artículo va destinado:
  • Padres, madres y familiares
  • Profesores e instructores

Edad de los niños sobre los que trata el artículo:
Revisado: 2024