Los niños que muerden a otros pueden lastimar a sus compañeros, además de perturbar a padres, madres y maestros. Los compañeros tal vez eviten a los niños que muerden, y los adultos pueden aislarlos. Entonces, ¿por qué muerden los niños? Y ¿cómo podemos cambiar esta conducta?
Motivos por los cuales los niños muerden
- Los bebés probablemente muerden a fin de explorar objetos, hacer experimentos, expresar que están emocionados, o aliviar el dolor de la dentición.
- Los niños de entre un año y medio y tres años de edad muerden con más frecuencia. Los niños de esta edad pueden morder para expresar su frustración ya que todavía no dominan el uso de palabras para expresar sus sentimientos. También pueden morder para llamar la atención, para controlar una situación o para imitar a otros que muerden.
- Los niños preescolares muerden para defenderse a sí mismos o para expresar el enojo o la frustración. Sin embargo, para los 3 años de edad, la mayoría de los niños puede comunicar sus sentimientos y necesidades sin morder. El que un niño de 3 años o mayor muerda con frecuencia puede indicar un problema serio de la conducta. Los padres y madres deben discutir este comportamiento con el cuidador del niño o con un consejero.
Maneras de responder a las mordidas
- Intervenga inmediatamente para poner fin a las mordidas. Diga claramente: “¡No debemos morder! No quiero que tú muerdas a nadie porque les duele, ni quiero que nadie te muerda a ti tampoco”. No enfoque la atención en el niño que ha mordido, sino en la víctima. Quite al niño que ha mordido de la situación mientras se le está dando primeros auxilios a la víctima y se la consuela.
- Si un bebé ha mordido, dele un objeto seguro para la dentición.
- A un niño de entre 1 y 4 años de edad, enséñele palabras a utilizar para expresar sentimientos o necesidades: “Jazmín, dile a Luis que no te quite los bloques. No lo muerdas. Me puedes pedir ayuda a mí si la necesitas”.
- No muerda al niño en retribución, pero sí apártelo de los demás niños mientras crea usted que sigue molesto y posiblemente volverá a morder. Sirva usted de modelo de la conducta que quiere ver en un niño.
Acciones para prevenir las mordidas futuras
- Evite clasificar a un niño como ‘el que muerde’. Esté atento a la conducta positiva y recompénsela prestando atención al niño. “Dionisio, ¿puedo sentarme contigo por un ratito? Será divertido ver lo que estás construyendo”.
- Asegúrese de incluir en las rutinas del niño suficiente tiempo para el descanso, la alimentación y el agua adecuados.
- Evite que muchos niños de 1 y 2 años estén confinados sin suficiente espacio, e incluya actividades tanto estructuradas como no estructuradas.
- Ayude a un niño a lidiar con el estrés. Los maestros y padres pueden colaborar para reasegurar a un niño cuya familia está experimentando un cambio importante. Anime al niño a expresar sus sentimientos con palabras, por medio del arte o con la actividad física, como golpeando barro para moldear o un juguete.
La comunicación con los padres y madres
- Apunte en una tabla las incidencias de mordidas. Informe a los padres del niño que muerde o que ha sido mordido. La confidencialidad debe mantenerse de modo que no se les revele la identidad de un niño a los padres de otro.
- Informe a los padres de las medidas que toman los maestros para lograr la seguridad de todos los niños.
- Colabore con los padres del niño que muerde para que todos le respondan de la misma manera cuando muerde en casa o en la guardería.
- Asegúrese de que todos los padres y madres estén al tanto de las reglas de su programa relacionadas con las mordidas y otros comportamientos agresivos.