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Norma

Los niños demuestran la capacidad emergente de identificar y manejar la expresión de los sentimientos de acuerdo con los contextos sociales y culturales.

La regulación emocional se refiere a las capacidades de los niños de identificar y manejar sus sentimientos. Como con cada aspecto del desarrollo, la regulación emocional empieza con las relaciones con los cuidadores. Los cuidadores atentos que satisfacen de manera constante las necesidades de los niños ponen el cimiento de la regulación emocional sana. Durante la primera infancia, los niños necesitan que sus cuidadores los tranquilicen cuando están angustiados. Si estas necesidades se satisfacen de manera constante sin esperas largas, los niños desarrollan una percepción de seguridad y confianza en las personas a su alrededor. Los niños usan esas experiencias positivas para aumentar sus propias estrategias de tranquilizarse a fin de seguir organizados, y empiezan a aprender a manejar los propios sentimientos.

Los niños sienten muy variadas emociones, y reaccionan y las expresan sin pensar. La gama de emociones lo incluye todo desde la alegría hasta la frustración y el temor. Durante los primeros tres años de vida, los niños se esfuerzan por poner el fundamento de esta habilidad. Se valen de sus cuidadores, el juego y el habla privada para ayudarse a manejar los sentimientos. Los cuidadores, en su papel de co-reguladores, les dan un modelo y apoyan a los niños para que aprendan a dar una pausa entre los momentos de sentir algo y de tomar acción. Los niños aprenden a usar un rato para pensar, planear y finalmente idear una respuesta apropiada en las situaciones en que experimentan sentimientos intensos.1 Si les va bien en tales interacciones, los niños aumentan la capacidad de regular sus sentimientos de maneras apropiadas, según las definiciones de sus contextos sociales y culturales. La regulación emocional es extremadamente importante ya que influye en la manera en que los niños se relacionan con adultos y unos con otros, desarrollan la empatía, dominan habilidades nuevas y trabajan por resolver la frustración y los conflictos.

La gama de los berrinches

Un berrinche es un momento de enojo o frustración extremada y se caracteriza por el llanto y los gritos. Los berrinches son un comportamiento común y apropiado al desarrollo de niños pequeños. Ya que los niños no tienen ni el lenguaje ni la capacidad de controlar sus emociones y comportamientos, el estrés y la frustración abruman sus cuerpos pequeños. Estos sentimientos poderosos son experimentados por todo su ser, y con frecuencia agitan los brazos y las piernas y se tiran al piso. Los niños están dominando habilidades nuevas, y cuando no pueden lograr una tarea, hacen berrinches para expresar la frustración. Los berrinches son comunes durante el segundo año de vida, cuando los niños empiezan a comunicarse con palabras. Mientras las habilidades de comunicación se van mejorando, los berrinches son menos comunes. Los niños pequeños quieren tener un sentido de independencia y control; por lo tanto, los cuidadores pueden proveerles límites y opciones para ayudarlos a percibir que tienen control.

Nacimiento a 9 meses

Los niños están desarrollando la capacidad de manejar sus propias experiencias emocionales mediante la co-regulación, mientras comunican sus necesidades a los cuidadores.

Indicios para niños incluyen:

  • El niño señala sus necesidades con sonidos y movimientos
  • Puede usar indicios para señalar que está sobre-estimulado, por ej., vuelve la cabeza, aparta la vista
  • Empieza a usar estrategias para tranquilizarse, por ej., chupa las manos, agarra un objeto para sosegarse
  • Hace sonidos vocales y usa indicios de la cara para llamarse la atención de un cuidador, por ej., llora, mira fijamente, le mira a los ojos

Estrategias de interacción:

  • Estar presente para relacionarse emocionalmente con el niño; responder de manera bien pensada a sus necesidades, por ej., tener en brazos, mecer y abrazar al niño cuando está angustiado
  • Responder a las señales del niño para satisfacer sus necesidades
  • Prestar atención a indicios sutiles del niño para evitar que esté sobre-estimulado o incómodo
  • Reconocer y controlar los propios sentimientos en momentos difíciles, por ej., cuando un niño está llorando y no se pone tranquilo

7 meses a 18 meses

A medida que los niños siguen dependiendo de los cuidadores y aprendiendo de ellos, empiezan a usar habilidades más complejas y con más propósito para manejar los sentimientos.

Indicios para niños incluyen:

  • Le comunica las necesidades a un adulto, por ej., señala algo con el dedo, mueve la cabeza para decir no
  • Puede sosegarse más eficazmente, por ej., chupa el pulgar, agarra un juguete de peluche
  • Usa las referencias sociales en situaciones confusas, por ej., mira la cara de un cuidador para asegurarse en la presencia de una persona nueva
  • Prefiere estar cerca de adultos conocidos en situaciones desconocidas, por ej., sigue al cuidador cuando sale del cuarto
  • Busca al cuidador con acciones físicas, por ej., extiende la mano hacia la mano del cuidador o se acerca a él o ella cuando está asustado
  • Usa objetos de consuelo, por ej., un animal de peluche o una cobija, para ayudarse a tranquilizarse

Estrategias de interacción:

  • Responder atentamente ante las necesidades del niño, por ej., consolar a un niño que se siente confuso con expresiones de la cara, la voz y el toque
  • Darle al niño un modelo de la expresión apropiada de las emociones
  • Tener presentes y estar sensible a las necesidades del niño; leer los indicios faciales y el lenguaje corporal del niño para medir lo que él o ella puede sentirse
  • Corresponder al estado emocional del niño con expresiones de la cara y el lenguaje corporal, por ej., hacer los ojos grandes y moverse hacia arriba y abajo cuando el niño empieza a reírse y batir las palmas
  • Proveerle al niño objetos de consuelo cuando está perturbado, o durante momentos difíciles como las transiciones, por ej., una cobija, un animal favorito de peluche
  • Cuidarse de siempre despedirse al separarse del niño

16 meses a 24 meses

Los niños empiezan a reconocer una gama específica de emociones y manejan sus propias emociones usando estrategias avanzadas de tranquilizarse y valiéndose del cuidador.

Indicios para niños incluyen:

  • Usa los indicios de la cara del cuidador y su lenguaje corporal para ayudarse en situaciones novedosas y confusas, por ej., ve un perro por primera vez y se vale de la sonrisa del adulto como indicio para dar con cautela toques suaves al perro
  • Usa el juego para clasificar y controlar los sentimientos, por ej., se imagina que un objeto se siente igual que él o ella, agarra una pelota y la abraza fuertemente al pecho cuando está emocionado
  • Usa la comunicación verbal y no verbal para señalar que necesita a un cuidador, por ej., llama su nombre, se siente sobre las piernas de un adulto conocido
  • Dice los nombres de algunos sentimientos, por ej., “Yo feliz”
  • Empieza a usar el “habla privada” para ayuda al regular los sentimientos, por ej., se dice “oso, dónde está oso” a sí mismo

Estrategias de interacción:

  • Estar física y emocionalmente presente para el niño; responder de manera bien pensada cuando pide algo
  • Describir los sentimientos al relacionarse con niños
  • Usar libros que ilustran diversos sentimientos que los niños pueden experimentar
  • Dar una guía sensible y sosegar al niño cuando le cuesta trabajo manejar y expresar los sentimientos

21 meses a 36 meses

Aunque los niños todavía necesitan el apoyo de un cuidador, son más capaces de manejar sus emociones y pueden mantenerse regulados al empezar a discriminar las habilidades y estrategias que pueden aplicar en situaciones diferentes.

Indicios para niños incluyen:

  • Comunica los deseos y necesidades con palabras., por ej., “levántame”
  • Usa el juego de fantasía para manejar la confusión y el temor, por ej., hace de cuenta que es doctor y le da una “inyección” a alguien
  • Busca el apoyo del cuidador cuando se siente abrumado por una emoción; puede rechazar el apoyo también
  • Expresa los sentimientos usando el juego
  • Agarra un objeto especial a ciertas horas del día, por ej., una cobija, foto, libro o juguete de peluche

Estrategias de interacción:

  • Estar física y emocionalmente presente para el niño; por ej., compartir las expresiones y los sentimientos del niño de gozo y alegría con el toque y el sonido
  • Seguir usando libros que ilustran diversas emociones que los niños pueden experimentar
  • Validar los sentimientos del niño y comunicarle que está bien sentir los sentimientos que está sintiendo
  • Proveer equilibrio tanto al apoyar al niño como al permitirle espacio para resolver las situaciones independientemente; usar los indicios del niño para determinar lo que él o ella necesita
  • Dar indicios y palabras para describir sentimientos más complejos que el niño podría tener

Notas

  1. Perry, Bruce. (2012). Self-Regulation: The Second Core Strength. Early Childhood Today.

Descubra cómo la regulación emocional está relacionada al:

Revisado: 2012